Por Alex Rodríguez
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SANTO DOMINGO (Licey.com).- Con 23 años de edad y dos premios al mejor jugador de las Ligas Menores de los Nacionales de Washington, José Marmolejos valora la experiencia que va tomando en su accionar con los Tigres del Licey.
“Me he sentido bien, haciendo unos cuantos ajustes por la manera en que los equipos te trabajan, trató de divertirme y acoplarme con el equipo”, dice el primera base y jardinero izquierdo al ser entrevistado por Tommy Troncoso para el programa de prejuego de los Tigres
En sus primeros cuatro partidos de la temporada, el pick de segunda ronda del sorteo de novatos del 2015 lleva de 13-3 (.231) con una anotada, un triple, una base por bolas y tres ponches.
“Aquí en la Liga Invernal te enfrentas a pitchers veteranos, muchachos que van subiendo, gente que han jugado en Corea, Grandes Ligas. Son diferentes tipos de ajustes que hay que hacer ante los diferentes lanzadores”, agrega.
En 2016 en las Ligas Menores bateó para .289 con 13 cuadrangulares y 74 carreras remolcadas. Además pegó 45 dobles y anotó 87 vueltas en 136 partidos entre Clase A Avanzada y Doble A. Su porcentaje de embase fue de .370 con un slugging de .475.
Atribuyó al trabajo, la salud y la ayuda de Dios los buenos números que ha tenido en los dos últimos años y que le han valido para ser seleccionado como el Jugador del Año por la organización de Washington.
En la estación pasada vio acción en tres encuentros con los Tigres en los cuales se fue de 9-3 (.333), incluyendo un triple.
“Mi juego se basa en tratar de traer carreras, anotarlas. Este es un estadio muy amplio bueno para ser un bateador de extrabases, pero no para intentar dar palos largos”, añade el jugador de 6-1 de estatura y 185 libras.
Como tercer y cuarto bate con el equipo de Potomac de la Liga de Carolina en Clase A Avanzada bateó para .286 (378-108) con 11 jonrones y 59 carreras remolcadas. Tuvo además 36 dobles y cinco triples con 59 boletos y 85 ponches.
Marmolejos, un bateador zurdo, explica cómo es su comportamiento en el plato al momento de enfrentar a un lanzador de esa mano.
“Frente a los zurdos le tomo mucho énfasis ya que en situaciones apretadas van a traerte un zurdo. Este año vi bastantes y trato de estar lo más calmado, verlo con paciencia, descifrar que traen. Con el derecho vas con más confianza a atacarlo. Cuando veo un zurdo por primera vez trato de ver qué pitcheo tiene”, dice.
En 33 desafíos con el Harrisburg (Doble A) de la Liga del Este tuvo porcentaje de bateo de .299 (127-38) con dos vuelacercas, nueve dobles, 15 impulsadas e igual número de anotadas.
“Mi meta es ser el mejor bateador posible y que con el tiempo esos dobles se convertirán en jonrones. Si los buscan como en las competencias, eso puede cambiarte mucho el swing. La clave es tratar de mantener un swing y con el tiempo esos batazos toman unas pulgadas más”, agregó.