Con sus hijos

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Vladimir Guerrero no pierde ni un segundo para estar al lado de sus dos pequeños Pedro y Sofía, quienes próximamente cumplirán su primer año de vida.
 
Pero a la vez se proclama el padre más feliz debido a que es la primera ocasión, en 18 años, que disfruta su estancia en el país para estar al lado de su familia en un momento en que se encuentra sin trabajo en las Grandes Ligas.
 
“Mi mayor bendición es poder estar al lado de mis hijos y mi familia”, dijo Guerrero a Multimedios del Caribe. “Es la primera vez en muchos años que comparto cien por ciento con ellos y primera vez que disfruto de un 27 de Febrero en mi país. Soy el padre más feliz ahora mismo. Espero que Dios me siga bendiciendo para verlo crecer sanos y salvos”, agregó.
 
Vladimir sostiene que en los dos primeros meses del año (desde que estaba en las Menores) dejaba de sentir el calor de sus hijos y hoy lo está aprovechando al máximo debido a que en cualquier momento puede recibir una llamada de un equipo de las Grandes Ligas.
 
“Son 18 años que tengo que en los primeros meses del año estoy lejos de ellos. Me voy a jugar pelota para los Estados Unidos y de ahí no sé de ellos visualmente hasta finalizada la campaña que es cuando volvemos a estar juntos”, indicó el veterano jugador.
 
Califica de “emocionante” el momento que está viviendo junto a su familia y que la temporada de las Mayores que se avecina será determinante de si estará por más tiempo o no con ellos.
 
“A pesar de que hay un señor que lo transporta al colegio, siempre estoy atento a que sus tareas estén a tiempo. Corro, juego pelota, practico con ellos. Ellos son mi razón de seguir echando hacia adelante. Mientras vida tenga, siempre estaré junto a ellos”, dijo el jugador que recientemente cumplió 38 años.
 
Nada de calle
 
En una pausa de su entrenamiento en una caja de bateo que tiene en la parte trasera de su casa, Vladimir se confiesa un hombre hogareño, de poco salir a la calle, pero cuando lo hace es por un momento.
 
“Hay ocasiones que me levanto a las diez de la mañana. Luego me dirijo al batting cages (jaula de bateo) a realizar mi rutina de bateo para ponerme en forma en caso de que reciba una llamada por parte de un equipo. Es una sensación hermosa, ver que tus hijos te levantan y a la vez sientes ese calor que ellos te brindan”, manifestó Guerrero.
 
Aunque no todos sus hijos viven con él (hay dos que residen en los Estados Unidos), Vladimir manifiesta que los sábados es el mejor día para poder compartir a plenitud, ya sea en la playa, la piscina o en cualquier otro lugar en donde puedan confesarse ese amor familiar que existe entre ellos.
 
“A parte de los que residen fuera del país, hay otros que no están conmigo en mi casa. Aprovechamos ese día para estar todos juntos como una gran familia. 
 
Si tengo que corregirlos, lo hago. Si tengo que reprocharlos por algo que hicieron también lo hago. Ahora si hay que felicitarlo ese es el mejor premio que ellos pueden recibir”, sostuvo.
 
Tiempo para los demás
 
Aunque su hogar está muy bien vigilado, las puertas de la residencia de Vladimir siempre están abiertas. 
 
Amigos cercanos y vecinos se les ve compartiendo con el jugador, que la temporada pasada accionó con el equipo de los Orioles de Baltimore.
 
Se considera una persona sencilla, que dependiendo del problema que pueda tener alguien, siempre estará esa mano amiga.
 
“Ese aprendizaje viene de mi madre. Ella nos inculcó eso desde pequeño. Por eso es que ella es querida por muchos dominicanos que juegan en las Grandes Ligas, en especial por su estilo de cocinar. Ellos quedan loco”, expuso.
 
Vladimir les abrió las puertas a reporteros de Multimedios del Caribe en donde hizo un repaso de su vida, mientras una de las personas que laboran en su casa preparaba a los dos pequeños, que nunca perdían esa sonrisa, en especial el varón, que con casi un año, no le perdía la mirada a una de las pelotas de softbol de color verde que había en la caja de bateo, inquieto por tomarla.
 
Pasión por el coco, la cereza y el mango
 
Asimismo, se confiesa un recolector de frutos que tiene sembrado en toda el área de su casa. “Tengo sembrado matas de toronja, mango, cereza. También tengo de coco. Es maravilloso estar en mi casa. Junto a mis hijos nos pasamos una tarde muy bonita tumbando cereza para comérnosla o hacer un jugo que es muy beneficioso para la salud”, dice un sonriente padre, mientras carga a sus pequeñines.
 
La campaña pasada, con Baltimore, Vladimir disparó 13 cuadrangulares y remolcó 63 carreras con un promedio de bateo de .290 en 145 partidos.
 
“Mientras llega la firma, seguiremos  recogiendo cereza y mango en la casa”, concluyó Guerrero.

Por Julio Ernesto Castro
CDN
El Caribe

CREDITOS DE LA FOTROGRAFIA

Vladimir aprovecha al máximo la cercanía de sus hijos, mientras espera por una llamada de un equipo de las Mayores. (Laritza Calvo)

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