Por DiMaggio Abreu Peralta
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SANTO DOMINGO (Licey.com).- Su repertorio registró envíos de hasta 104 y 103 millas por hora, pero las cosas no salieron como Tayron Guerrero las trabajó antes de la temporada 2019 de Grandes Ligas con los Marlins de Miami.
Es por ello que el raudo derecho colombiano acordó jugar y, se integró temprano, con los Tigres del Licey, porque entiende que el béisbol que se juega en este país puede ser importante para su futuro.
Explicó que fue una gran experiencia la que vivió la campaña pasada con los Marlins, y que con la experiencia que tome de esta participación aquí, con la buena temporada que piensa que está viviendo, “creo que me va a servir muchísimo para el año que viene”.
“La motivación (de jugar con el Licey) es muy grande. Esta es una excelente liga, lo cual me va a ayudar muchísimo, porque hay excelentes bateadores; la fanaticada, con toda esa presión que le pone a uno, creo que son las cosas que me van a ayudar muchísimo”, expresó Guerrero al ser entrevistado por Juan Nova Junior en la antesala de los felinos.
El gigante de 6’8” de estatura, 210 libras, 28 años, dijo que está con los Tigres con limitación de entradas a lanzar, aunque no sabe cuántas llegará a completar.
Admitió que vino a trabajar muchísimo con el ‘spliff’, en busca de mejorarlo con vista a la temporada de 2020 en las Grandes Ligas.
Confirmó que alcanzó pitcheos con velocidades de hasta 104 y 103 millas por hora, que cuando lo lograba y terminaba la entrada, sus compañeros se mostraban muy contentos con él y hasta le bromeaban, preguntándole que si se sentía bien. “Todo estuvo muy bien, y más que todo, controlando la zona de strike”.
Cuestionado sobre si resulta preocupante alcanzar velocidades como la lograda, ya que podría tener riesgos el brazo, Guerrero apuntó: “Algunos dicen que sí, que el físico que yo tengo para esa velocidad podría ser riesgoso, pero gracias a Dios, nos hemos mantenido en salud y seguimos trabajando en eso”.
Con los Marlins, de la Liga Nacional, Guerrero lanzó en 52 partidos, tuvo foja de 1-2 en ganados y perdidos, efectividad de 6.26 en 46.0 entradas, cedió 36 bases por bolas y 43 ponches, la oposición le bateó .226 con WHIP de 1.70.
En sus primeras cinco presentaciones con el Licey, el colombiano lanzó 4.1 episodios de dos hits, sin carrera, seis ponchados, un golpeado, dos boletos, un wild-pitch.