Licey se unió a actos por el Día de la No Violencia contra Mujer

Por DiMaggio Abreu Peralta
Prensa@licey.com
SANTO DOMINGO  (Licey.com).- Sensible a los fenómenos que flagelan la sociedad, el equipo Tigres del Licey se unió a la conmemoración por el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer y al clamor por el cese inmediato de los crímenes de mujeres en República Dominicana y el mundo.
Con 70 pares de calzados femeninos dispuestos alrededor el montículo del Estadio Quisqueya, igual cantidad de manos de jugadores, personal y de las integrantes de la gloriosa Rama Femenina marcadas en una banderola, como simbolismos de la cantidad de asesinatos de damas perpetrados hasta la fecha en 2019 por parejas y exparejas, fueron expuestos por el Club Atlético Licey en una ceremonia que antecedió al partido con las Estrellas Orientales el martes 26 por la noche.
Al unirse al llamado a hacer conciencia para preservar la integridad de las mujeres, el Licey confirió el honor a tres damas para que hicieron el lance simbólico de la primera bola, que ejecutaron de manera simultánea la embajadora de Holanda (Países Bajos), Annemieke Verrijp; la diputada por el Distrito Nacional, Faride Raful; y la comunicadora Edith Febles, en representación de la fundación “Empoderadas Mujeres Dominicanas”.
Estudiantes del Politécnico Virgilio Casilla Minaya, de Los Alcarrizos, del Club de Danza VICAM, hicieron una dramatización sobre la No Violencia en Contra de la Mujer, al tiempo que mostraron numerosas pancartas como llamado de atención al infeliz fenómeno en que damas pierden la vida y dejan una gran cantidad de niños en la orfandad.
En la pantalla gigante sobre el paredón de los 411 pies se proyectó un vídeo de los Tigres del Licey alusivo a la ocasión; lo mismo que otro de la Embajada del Reino de los Países Bajos (Holanda), protagonizados por jugadores del Licey y del Escogido, con una introducción de la embajadora Annemieke Verrijp.
El Día Internacional de la No Violencia en contra de la Mujer se conmemora cada 25 de noviembre, como recuerdo del asesinato de las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, junto al chófer Rufino De la Cruz, por esbirros de la dictadura de Rafael Trujillo. Fue adoptado  por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), mediante resolución 54/134 del 17 de diciembre de 1999.

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