Jairo dice siempre da el 100%, pero “hay días que uno falla”

Por DiMaggio Abreu Peralta

Prensa@licey.com

SANTO DOMINGO  (Licey.com).-  Lo del líder de siempre en juegos salvados de la pelota invernal dominicana es estar “activo siempre”, preparado para dar el 100 por ciento. La diferencia es que no siempre salen bien las cosas, “hay días que uno falla” y eso deben comprenderlo todos.

Para Jairo Asencio, fue lo que pasó la noche del martes 12, que “no fue mi día”, cuando desperdició la oportunidad de su salvamento 118 al permitir cuatro hits y tres carreras en la novena entrada en un revés de los Tigres del Licey ante los Leones del Escogido.

Entrevistado por Juan Nova Jr. en la antesala del Licey, Jairo criticó que cuando domina fácil a la oposición los fanáticos hablan bien y lo aplauden y cuando falla, “quieren comerse a uno”, pero que él está preparado para dar el 100 por ciento siempre.

Apuntó que al día siguiente de tener una mala salida, no hace más que “seguir igual”, fajado, tirando para adelante, “igualito”, consciente de que hay días buenos y malos.

Al recordársele que esta temporada tiene siete juegos salvados, apuntó que si el conjunto hubiese comenzado bien la temporada, tuviera muchos más. Apuntó que con la entrada de nuevos jugadores el Licey ha estado subiendo, “y estamos aquí”.

Dio crédito a Melky Mesa por conectar el batazo decisivo, a lo que considera fue un buen pitcheo, en la parte de afuera del plato, al que le ‘tiró’ el bate, que hasta se rompió y la pelota salió de hit. “Hay que darle crédito al bateador, qué podemos hacer”, resignó.

Sobre qué hace para mantener la consistencia que ha logrado desde que llegó al Licey, consideró que lo suyo es el trabajo fuerte y cuando está sobre el montículo dar el  100 por ciento; que se ha mantenido por su trabajo, pero hay días que se falla, pero al siguiente vuelve con mejor mentalidad y hace el trabajo.

Adujo que cuando las cosas no salen bien siempre habrá críticas, “porque el fanático parece que nunca ha jugado”, pues para los aficionados es un simple entretenimiento, pero a los peloteros el béisbol le nace (se toca el pecho) del corazón y van a brindarle un espectáculo para que se lo gocen.

Señaló que cuando estaba con los Toros del Este (2008-09 al 2012-13) hacía tiempo que estaba ‘loco’ por jugar para el Licey y desde que llegó en 2013-2014 “seguimos aquí fajados y estoy igualito, como si nada pasó y vamos a meter manos”.

Pidió a la fanaticada que sea más prudente, que dejen de tirar objetos a los peloteros, porque hay altas y bajas; los problemas se pasan en el terreno, con los jugadores y es un esfuerzo que el pelotero hace para tratar de llevar a su equipo a ser campeón y que los fanáticos se lo gocen.

 

 

 

 

 

 

 

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