Greg Brock, el “Tigre Azul” que se adueñó de las verjas del Quisqueya

Por Biemvenido Rokas

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Greg Brock, Tigres de Licey, logró una de las marcas más difíciles de superar en estos días. la de batear de 5-5, con 3 jonrones en el Estadio Quisqueya.

Esa explosiva ofensiva ocupa una página especial en los libros de récords de la pelota nuestra como una de las grandes actuaciones de un refuerzo con el bate.

Inicio bombardeó: El 13 de noviembre, Greg Brock se fue de cinco-cinco, con tres jonrones, y remolcó 8 carreras, en un juego donde las Águilas Cibaeñas ganaron 12-8, con la que igualó la marca de más jonrones en un partido, convirtiéndose en el primer importado que logra esa hazaña, imponiendo además el récord de más carreras empujadas en un partido. Alcanzó quince bases para imponer otra marca.

¿Cómo bateó Greg Brock?:

Primer episodio, hit remolcador a José de León. Cuarto inning, jonrón a José de León.Sexto inning, jonrón a De León. Séptimo episodio, jonrón bases llenas a Kevin Hackey y en el noveno, doble impulsador a Randy Martz.

A las Estrellas: El 14 de noviembre, el Licey masacró el pitcheo oriental con pizarra de 15-2, donde Greg Brock se fue de 4-4, con par de jonrones, un doble, un single y remolcó siete carreras.

Impuso marca de más hits en dos juegos con nueve, desglosados en 5 jonrones, dos dobles y dos sencillos. Estableció récord de bases alcanzadas en dos encuentros con 26, y empató con Winston Llenas el récord de cinco bambinazos en dos desafíos.

¿Qué pitcher detuvo a Brock?: El 15 de noviembre, en el estadio Quisqueya, en un enfrentamiento de los eternos rivales, Licey y Escogido, subió a la lomita por los melenudos Oscar Brito, y en el primer turno dominó a Greg Brock con plegaria al bosque central, para ponerle fin a la seguidilla de nueve hits en fila india. Los Leones se alzaron con la victoria por la vía de la blanqueada, 7-0, y Brock ligó un hit en cuatro citas en el pentágono.

La eterna promesa: Greg Brock fue considerado en 1981 el mejor prospecto de los Dodgers de Los Angeles desde que Duke Snider llegó a Brooklyn en 1947. Luego, con el paso de los años a Brock se le llamó el mayor fracaso por su average de por vida de .248 con 110 jonrones, 71 con los Esquivadores.

A pesar de los tremendos totales de jonrones en las ligas menores y 34 bambinazos en casi temporada y media en las Mayores, algunos lo calificaron de jugador unidimensional.

Cuando reemplazó en 1983 a Steve Garvey en la primera base fue elogiado por pegar 20 jonrones y remolcar 66 carreras, pero fue criticado por batear .224. En 1984 pasó un mes en las menores, y luego de ser reclamado promedió .225 con 14 jonrones.

Greg Brock hizo de todo para los Dodgers en menos de dos años, desde reemplazar a un héroe insustituible en Garvey, lidiar con una dolorosa lesión en la muñeca, sufrir una degradación y soportar las críticas.

Tom Lasorda para darle confianza dijo en los entrenamientos de 1985: “Si puede jugar hasta el nivel que lo hizo en el ‘83, estaremos muy satisfechos”. Pero todo se quedó en promesas, siendo negociado el 10 de diciembre de 1986 a Milwaukee por Tim Crews y Tim Leary.

Despedida: En el campeonato 1981-82, los Tigres tenían en nómina a refuerzos del calibre de Greg Brock, 1B; Mike Scioscia, C; Jerry Dybzinski, SS; Mickey Hatcher, OF; Paul Householder, OF, los lanzadores Dave Stewart, Charlie Liebrandt, Ted Power, Lee Smith, Rickey Wright, Rick Rodas y Steve Shirley.

Esa pléyade de refuerzos fueron despachados por Monchín Pichardo, al no ponerse de acuerdo con el presidente de la Liga, licenciado Manfredo Moore, sobre puntos estatutarios, pero uno de ellos, Greg Brock, logró la proeza que hoy recordamos.

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