El reto de Manny

 
 
 Actareto
 
Manny Acta apartó un paréntesis de ocho años que lo alejaron de posiciones ejecutivas en la pelota dominicana, por sus conocidas obligaciones en las grandes ligas, para retornar en una funciones desconocidas para él (lo que nunca había hecho).
 
Sin pretender convertirse en un salvador, el dirigente que condujo a los Tigres de Licey al campeonato nacional y la Serie del Caribe en el 2004 y el subcampeonato en el 2005 llega esta vez para conducir una orquesta cuyos músicos en las pasadas campañas no han respondido a la batuta del director.
 
Archiconocidos son los problemas disciplinarios y de ausencia de liderazgo que han afectado a la tropa azul en el último lustro y la incapacidad  para encontrar un manager que pudiera correr todo el trayecto con el equipo.
 
Acta dirigió al Licey del 2003-04 luego que el club había quedado fuera de los playoffs en el 2002-03 y asumió el principal puesto de operaciones de béisbol de uno de los clubes de fanaticada más exigente en la Liga Dominicana, una verdadera papa caliente para este joven hombre de béisbol que se decidió por aceptar luego de varios intentos fallidos por parte de la actual directiva.
 
El reto es más grande que su anterior como piloto debutante del equipo de su nativa San Pedro de Macorís, las Estrellas de Oriente en el 2002-03 y de su prueba de fuego con los azules en la temporada siguiente.
 
Fue una medida acertada escoger un hombre de la capacidad de Acta para correr a los Tigres, pero es innegable que también fue una movida publicitaria que se usará con fines electorales en momentos que la actual dirección enfrenta un proceso en el que su imagen hacia afuera es pobre por los desaciertos en el club de béisbol en materia de disciplina, entrega y  técnicos que se han encadenado en los años recientes.
 
Algunos sectores cuestionan el derecho de la actual directiva a escoger un gerente aunque acuerdan que Manny es una excelente selección para tratar de rescatar al equipo que se estuvo a la deriva.
 
Las primeras declaraciones del astuto e inteligente nuevo ejecutivo de los azules ofrecen tranquilidad a los seguidores azules sin importar el bando que siguen en la confrontación interna.
 
Las próximas medidas y contrataciones determinarán el rumbo que tomará la nave con su nuevo capitán, un tipo que piensa que “las cosas hay que hacerlas bien para que salgan bien y no mal para que salgan bien”.  Es la clase de comandante que nunca diría a sus tropas “no lo sé”, pues sabe que tener una respuesta para todo siempre es importante en estas lides.
 
 Por Rolando Guante
El Nacional

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