Los primeros resultados de la transición de Cruz a los jardines han sido muy alentadores. En el 2024, el 10% de sus tiros más veloces tuvieron una velocidad promedio de 99.1 millas por hora, la más alta entre todos los jugadores de posición en Grandes Ligas la temporada pasada. Como campocorto, según Baseball Savant, tenía un valor de -3 Outs Por Encima Del Promedio (OAA, por sus siglas en inglés). En poco más de un mes en el bosque central, registró OAA de +2. Lo más impresionante es que, salvo por algunas instrucciones breves, Cruz ha aprendido la nueva posición prácticamente sobre la marcha.
“Se vio bastante bien para nunca haber jugado ahí”, dijo el también guardabosque de los Piratas, Bryan Reynolds. “Creo que seguirá creciendo y mejorando. Los jugadores hallan la manera, los deportistas hallan la manera. Y él es ambas cosas”.
“Tiene velocidad y una bazuca de brazo”, comentó Tommy Pham, el tercer jardinero titular proyectado de los Piratas y quien jugó con Cruz en la República Dominicana este invierno con los Leones del Escogido. “Realmente quiero verlo poner todas sus herramientas en orden, y voy a estar en su oído retándolo todos los días. Primero, porque el equipo lo necesita, y segundo, porque de paso nos hará mejores a todos”.
Cruz aún tiene previsto usar el guante de Taylor — al fin y al cabo, Taylor es un ganador del Guante de Oro. Tampoco es descabellado pensar que Cruz algún día podría ganar uno propio. Ya sea por su velocidad de salida, la fuerza de su brazo o su velocidad en sprint, el juego de Cruz está definido por un potencial que parece no tener límites. La clave está en hacerlo realidad.
Para Brock, todo comienza con asegurarse de que Cruz juegue con una sonrisa en el rostro. Si está sonriendo, las cosas van bien. Cruz también debe aprender a dejar atrás los errores y a no emocionarse demasiado si hace una atrapada espectacular. La consistencia es clave, al igual que afinar los fundamentos de la posición, como saber a qué base tirar dependiendo de la situación.