Entre jóvenes

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KISSIMMEE, Florida — Carlos Peña podría convertirse en el primer bateador designado regular en la historia de los Astros de Houston.
 
Tanto equipo como jugador deberán acostumbrarse a ese papel.
 
«Me da mucho orgullo mi guante», dijo el dominicano el miércoles. «Creo que es algo que la gente puede pasar por alto. Siempre me digo que nadie toma las roletas como lo hago yo en primera base; nadie tiene esa mentalidad».
 
Los Astros, que se mudan a la Liga Americana este año, han tenido bateador designado sólo en un puñado de partidos interligas y de postemporada, y Peña ha ejercido esa función sólo 45 veces en 12 años de carrera. Hay una buena posibilidad de que lo haga por 46ta vez en el primer juego de la inminente campaña contra los Rangers de Texas el 31 de marzo. Con 191 cuadrangulares en las últimas seis temporadas, el toletero zurdo es justo lo que Houston busca en un bateador designado.
 
«Creo que el bateador designado es un lujo», dijo el manager Bo Porter. «Cuando Jeff (Luhnow, gerente general) y yo hablamos sobre un bateador designado, hablamos sobre un jugador que pudiera entrar y jugar una posición. Esa es la razón por la que buscamos a Carlos Peña. Primero: tiene experiencia como bateador designado. Se requiere cierta habilidad para ello. No todos pueden hacerlo. Lo que no quieres es un sujeto que salga a batear cuatro veces y ya».
 
A sus 34 años de edad y tras una temporada difícil con los Rays de Tampa Bay en la que bateó .197 y se fue ponchado 182 veces, Peña podría parecer una elección poco óptima para el roster de los Astros, lleno de jóvenes y de bajo presupuesto. Pero es bastante parecido a estar en casa en varios niveles.
 
«Este es mi tipo de ambiente», dijo. «Tenemos muchos jóvenes que le dan importancia a las cosas. Me encanta ver eso. Cuando todo está resuelto en tu vida, existe una tendencia a no apreciar las cosas. No quiero nunca sentirme así; quiero sentir que tengo que agradecer a Dios por cada día».
 
Así es como Peña se sintió en 2006, cuando fue eximido por los Tigres, los Yanquis y los Medias Rojas en un lapso de siete meses. Los Rays lo iban a enviar a las menores para comenzar la temporada 2007 cuando una lesión le abrió las puertas en la alineación. Peña pegó 46 jonrones ese año, un récord aún vigente para los Rays. Ganó un Guante de Oro en la temporada 2008, cuando conquistaron el campeonato de la Liga Americana, y luego compartió el título de cuadrangulares de la Americana en 2009, a pesar de haberse perdido los últimos 25 partidos por una fractura en la mano.
 
Ahora se encuentra otra vez con la situación de tener que probar que aún puede batearle a una recta. No quiere estar condicionado a lso resultados en la temporada de exhibición que comienza el sábado.
 
Y seguirá tomando las roletas con el mismo nivel de concentración, aun si juega en la primera base sólo ocasionalmente.
 
«Por supuesto que quiero jugar todos los días. Me gusta fieldear. Quiero hacerlo tanto como pueda», dijo. «No obstante, soy parte de este equipo y simplemente quiero estar listo para la manera como nuestro manager decida usarme».
 
www.astrosdehouston.com
 
 

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