Koby Clemens vino acompañado de su padre Roger a la Isla para debutar en el béisbol invernal con los Indios de Mayagüez.
Es la primera vez que la familia visita el País.
Y su progenitor, uno de los mejores lanzadores en la historia de las Mayores, siete veces ganador del Cy Young, no lo ha pensado dos veces para colocarse la camiseta de los Indios, subir al montículo y realizar algunos envíos frente a los lanzadores de la novena.
Roger ha lanzado dos veces en el bullpen, levantando interrogantes acerca de una posible participación con los Indios para jugar al lado de su hijo.
Koby conoce bien a su padre. Y no cree que en la mente de su progenitor esté pasando la idea de retornar al diamante.
“Creo que él lo está haciendo más para enseñarle a los lanzadores. Contesta preguntas y les habla de cómo estar preparado mentalmente. Les habla de las cosas que deben hacer entre salidas y para estar preparados antes de un juego”, dijo ayer el joven inicialista, quien jugó con su padre en una ocasión en las Menores.
“No sé cuánto interés tenga de jugar. No creo”, dijo en un aparte con El Nuevo Día en una sesión de entrenamiento en el Estadio Isidoro ‘Cholo’ García.
Roger ayer no estuvo presente en el estadio. Koby dijo que su padre se mantendrá entrando y saliendo de Puerto Rico durante el torneo.
“Va a estar viendo a mi otro hermano jugando football en la escuela superior”, dijo.
“Toda mi familia vendrá a Puerto Rico y será una buena experiencia porque nuncahabíamos venido”, agregó el hijo mayor de la familia.
Koby jugó béisbol y football en su adolescencia hasta que se decidió por el primero para jugar a nivel profesional. Fue seleccionado en la octava ronda del sorteo de Novatos por los Astros de Houston en el 2005. Firmó por una bonificación de $380,000.
Este año completó su séptima temporada en las Menores, a nivel Triple A, acumulando promedio de .234 con 15 jonrones y 55 carreras remolcadas.
Es elegible a la agencia libre y, por tal razón, optó por venir a la Isla.
“En los últimos años había estado considerando jugar en cualquier liga invernal, pero ahora que soy agente libre, decidí jugar. Buscamos alternativas y Mayagüez fue el que más interés mostró. Quiero lucir y que los demás equipos me vean. Quiero mejorar en todo, en la defensa y en mi ofensiva. Ser un mejor jugador”, dijo el primera base, de 24 años.
¿Y por qué ser inicialista y no lanzador?, se le preguntó.
“Siempre me gustó batear y ‘fildear’. Lancé en la escuela superior pero nunca lo consideré”, contestó.
¿Cuánto cuesta llevar el apellido Clemens en las espaldas al entrar a un diamante?
“Uno siempre va a estar en la mira de la gente. Y si ven el apellido Clemens van a esperar mucho de uno, por lo que hizo mi papá en 24 temporadas en las Mayores. Si tengo la suerte y llego a las Mayores, quiero hacer la mitad de las cosas que él hizo. Es grandioso ser hijo de él, por todo lo que me enseña del juego. Me explica los detalles del juego. Y si por alguna razón, mi carrera terminara hoy, estaría contento por lo que él quiso ayudarme”, respondió.
¿Hay alguna parte difícil de llevar ese apellido?
“No… sé que mucha gente puede pensar y decir cosas. Pero he tenido suerte de que él sea mi papá. He tenido una vida maravillosa”, afirmó con orgullo.
Por Carlos Rosa Rosa / crosa@elnuevodia.com