Peña será pieza clave

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PORT CHARLOTTE, Florida.- Aún se requiere un poco de esfuerzo para imaginar a los Rays produciendo carreras al mismo paso que sus rivales en el Este de la Liga Americana año con año. Pero ya no es tan difícil como antes. Basta con verlos jugar como visitantes.
 
En el 2011, el lineup de Tampa Bay se crecía cuando estaba en un estadio ajeno. Un equipo que le costaba ganar cuando no tenía una actuación brillante por parte de sus lanzadores se convertía en una máquina ofensiva muy potente.
 
Tampa Bay terminó en el segundo lugar en la Liga Americana en carreras anotadas como visitante el año pasado, y en el cuarto y quinto puesto, respectivamente, en porcentaje de embasarse y de slugging fuera de casa. 
 
Pero terminaron en el 11mo lugar en la liga en carreras anotadas como locales, en el 10mo lugar en porcentaje de embasarse y de slugging. El Tropicana Field no favorece a los bateadores, pero en el 2008 jugó como un parque más o menos neutral.
 
«La bola salía disparada de una manera diferente a como sale ahora», dijo el utility Elliot Johnson. «La bola no está volando la cerca como antes».
 
Dicho efecto parece haber provocado un cambio en la ofensiva de los Rays dependiendo si jugaban en casa o en la ruta. El porcentaje de bases por bolas que recibieron los bateadores de Tampa Bay en casa fue un poco más alto que en la ruta. También se poncharon menos en el Tropicana, lo cual indica que en casa seleccionaban más los lanzamientos y reducían sus swings.
 
Los Rays sólo conectaron 10 jonrones menos en casa que en gira. Fue en el departamento de sencillos, en los cuales la diferencia fue alarmante. El promedio colectivo del equipo en batazos en juego fue de .269 como locales y .292 como visitantes.
 
Estadísticas similares de poder y BABIP (porcentaje de bateo en batazos en juego) existieron para los pitchers del club, aunque como se pudiera esperar, el cuerpo de lanzadores tuvo más ponches y menos pasaportes en casa que en cualquier otro estadio.
 
Aún así, el club hizo un esfuerzo por mejorar su ofensiva durante la temporada baja. El dominicano Carlos Peña, quien es capaz de sacar la bola de cualquier estadio, ha regresado. Se espera que Luke Scott, quien fue una amenaza con poder por cuatro años antes de lesionarse en el 2011, también refuerce el lineup.
 
Pero hay un problema constante de los Rays que Scott y Peña no solucionarán. Aún en la ruta, los bateadores de Tampa Bay se poncharon demasiado en el 2011. Suele exagerarse con respecto al efecto perjudicial de los ponches, pero de todos modos es algo que es mejor reducir. El año pasado, los Rays terminaron en el cuarto lugar en el Joven Circuito.

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