Nunca se olvida

 

SANTO DOMINGO.-Es como si la memoria desapareciera  por un espacio de tiempo, uno que comprende las nueve entradas de un partido de pelota. O quizás un poco menos.Eso, precisamente, es lo que tienen en común José Jiménez, Ubaldo Jiménez y Ervin Santana, tres lanzadores de Grandes Ligas en dos épocas diferentes. 
 
Ellos por un momento perdieron la capacidad de recordar para ignorar que lanzaban un no hitter, una de esas joyas preciadas que solo seis dominicanos han podido coleccionar en las Grandes Ligas.
 
Los tres se reunieron, tal vez por primera vez, 12 años después de que el primero de ellos lanzó su juego sin hit.
 
“Nunca me di cuenta que estaba lanzando un no hitter hasta la sexta entrada”, recuerda José Jiménez, quien el 21 de junio de 1999 se convirtió en el tercer dominicano que lograba la hazaña. “Después que llegué al sexto inning, miré la pizarra y me dije: ¿una blanqueada? Castillo (Alberto)  me dijo también ‘¡es una blanqueada!’ pero cuando miro para atrás, me dije: ‘wao, es un no hitter’, entonces fue ahí cuando aceleré un poco la marcha y salí airoso”.
 
Lo de José Jiménez, que para aquel entonces lanzaba con los Cardenales de San Luis, fue algo asombroso ese día. El partido pasó 1-0 frente a los Diamonback de Arizona, que jugaban en su parque y que llevaron a su mejor lanzador: Randy Johnson. Recuerda el retirado pitcher que ese 25 de junio todo fue perfecto, básicamente porque su sinker tenía más veneno que nunca y su slider no dejó de abandonar la zona de strike.
 
“Fue una noche inolvidable”, narró Jiménez, quien lanzó juego de dos imparables  frente al propio Johnson a su segunda salida tras el no hitter.  “Es algo que no se olvida jamás mientras uno tenga vida. Todo fue perfecto”.
 
Razón Ubaldo
 
Ubaldo y Santana, un par de orgullos dominicanos de esta era, atravesaron por la misma situación. Ninguno de los dos se percató de que estaban camino a la historia hasta más allá de la quinta entrada de sus respectivos encuentros.
Muchos probablemente no pueden creer que pueda suceder ciertamente, máxime cuando se trata de un lanzador que está llamado a llevar conteos.
 
Ubaldo lo hace creíble y apela a un código no escrito que todos respetan en las Grandes Ligas y a un poco de las cábalas que deambulan por todos los dugouts. 
 
“Es que quieren que tú te mantengas enfocado y no esté pensando en eso”, argumenta Ubaldo acerca de que los lanzadores no hablan con nadie mientras trabajan. “Si uno se pone a pensar que está tirando un no hitter, posiblemente se lo rompan de una vez”.
 
El joven de 27 años, ahora comprometido con los Indios de Cleveland, se casó con la gloria cuando él y sus Rockies de Colorado vencieron 4-0 a los Bravos de Atlanta el 17 de abril de 2010.  “Ese fue un día que nunca voy a olvidar, fue maravillo, especialmente porque no estaba tirando strike”, contó. “En los primeros cinco innings ya tenía cuatro bases por bolas y llevaba setenta y pico de pitcheos, así que cuando llegue al quinto me di cuenta que estaba tirando el no hitter y comencé a tirar de lado, ya que de frente no podía tirar strike, solamente tiré rectas y usé los pitcheos rompientes”.
 
Concentración total
 
Si bien Santana, el más novel de todos en estas lides, tiene claro que para conseguir una hazaña como esta es necesaria más que la labor efectiva de un lanzador.
 
“Se necesita mucha concentración, paciencia y confiar en todos tus pitcheos”, dijo Ervin, quien lanzó el suyo en casa ajena ante los Indios de Cleveland el 27 de junio de este año. “Todos me estaban vociferando, no les hice caso y seguí hasta que lancé mi no hitter”,  recuerda.
 
Ese día asistieron 21,546 fanáticos al Progressive Field, el hogar de los Indios. Ese partido duró dos horas y 22 minutos. “Ese fue un momento excitante”, rememoró. “No estaba en mi mente lanzar ese partidazo, pero salió”.
 
Jiménez, Ubaldo y Santana entraron al club de los seis criollos que han conseguido partidos sin hit en las Grandes Ligas.  El decano en esas andanzas es Juan Marichal, quien el 15 de junio de 1963 dominó a los Colts 45 de Houston cuando lanzaba para  los Gigantes de San Francisco. Luego Ramón Martínez, quien lo hizo sobre los Marlins de La Florida el 14 de julio de 1995 cuando militaba para los Dodgers de Los Ángeles. Francisco Liriano se convirtió en el único zurdo criollo que conseguía el hito cuando tiró su joya el 3 de mayo de 2011  para los Mellizos de Minnesota que ese día enfrentaron a los Medias Blancas de Chicago.
 
“Licey es el glorioso”, dicen los lanzadores
 
Los Jiménez fueron al Quisueya invitados por los Tigres del Licey para honrar el no hitter de Santana. No escapó el hecho de que cuatro de los seis que han realizado la proeza pertenecen a los Tigres. “Eso es porque somos el glorioso, somos más y eso lo sabe todo el mundo”, exclamó Jiménez. “No tengo que decirlo, todos están claros de eso”, apuntó Santana. “Somos gloriosos y privilegiados, Dios siempre nos tiene en la mira”, espetó Ubaldo.
 
Por Satosky Terrero
El Caribe

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