SANTO DOMINGO (Licey.com).- El conjunto Tigres del Licey adquirió de los Gigantes del Cibao al infielder de Grandes Ligas Emmanuel Burriss y al lanzador zurdo Fabio Castro, en transacción en la que se desprendieron de tres jugadores, entre ellos el valioso veterano Ramón Ortiz.
La información la ofreció Manny Acta, gerente general de la gloriosa franquicia azul del béisbol invernal dominicano, quien detalló que para adquirir a Burriss y a Castro, además del derecho Ortiz, enviaron al club nordestano al infielder Carlos Triunfel y al lanzador derecho Juan Minaya.
Burriss (nacido en Washington, 30 años, 6 pies, 190 libras), es un habilidoso utility del cuadro interior, con buen manejo del bate. Está en liga mayor con los Nacionales de Washington de la Liga Nacional (tres partidos este año), después de batear para .278 en 62 partidos con Syracuse, sucursal triple A, Liga Internacional.
Acumuló 66 imparables en 237 turnos, con ocho dobles, cinco triples, tres jonrones, 31 carreras anotadas, 21 impulsadas, 10 bases robadas. Cosechó 25 bases por bolas, promedio de embasarse de .354 y recibió 26 ponches, apenas uno más que las transferencias.
El zurdo Fabio Castro, montecristeño de 30 años, por años una de las figuras nativas en el staff monticular de los Gigantes del Cibao, lanza este año en la Liga de México con los Toros de Tijuana. Allí tiene marca de 2-0, EFE 3.44 en tres aperturas, 18.1 entradas, siete carreras limpias, ocho boletos, seis ponches.
“Damos las gracias a los jugadores involucrados en este cambio, porque la entrega y disciplina que observaron todo el tiempo que estuvieron con el uniforme del Licey fue ejemplar”, expresó Manny Acta a través de la web de los Tigres, Licey.com.
“En el caso de Ramón Ortiz, le estaremos eternamente agradecidos, ya que fue parte muy importante de nuestra franquicia durante mucho tiempo. ‘El Barbero de Cotuí’ y toda su familia, siempre serán parte de los Tigres del Licey”, sentenció Acta, un ex manager de Grandes Ligas.
El cambio está en espera de la aprobación del Leonardo Matos Berrido, presidente de la Liga.
Por Dimaggio Abreu