La Odisea

La Odisea


Por primera vez en 1921, el Licey traspuso las montañas para ser el pionero del béisbol en el Cibao. Nunca antes un equipo de béisbol de otra localidad había visitado a Santiago hasta cuando el Licey lo hizo en ese año.

En Agosto de 1921 se inició la epopeya beisbolera a través de las montañas y aquellos intrépidos jugadores, conducidos por el Capitán Carantini, se lanzaron a una odisea deportiva que abriría las puertas de Santiago para la pelota.

La comitiva partió de Ciudad Trujillo en viejos transportes, automóviles famélicos que respiraban ronco, con gran esfuerzo para desenrollar la cinta negra de la carretera y conducir sobre sus metálicos lomos a los jinetes, no del Apocalipsis, sino de la evolución y el progreso deportivo.


Pero solo fueron sesenta kilómetros de holgura y descanso, sin ser conducidos en aquellos anticuados vehículos, podía considerarse aún en aquella época una gran comodidad.

De ahí en adelante empezó la verdadera odiosea de aquellos soldados del deporte.


Extendiendo la enseña Azul a través de lomas, y saltando a lomo de mulo, los valientes pioneros, porque había que considerar una heroicidad hacer aquel recorrido, cuando las trochas de la carretera impedían el paso muchas veces, cuando en otras había que saltarlas o desviarlas subiendo las lomas abrazados al cuello de los valerosos jamelgos, durante cinco días con sus cinco noches, siguieron cabalgando hasta arribar a la ciudad de los Treinta Caballeros.

Tras un reposo bien merecido de dos días, los Tigres extendieron sus garras y despilfarraron  a todos sus oponentes, ganando cinco juegos en Santiago y tres en La Vega, antes de iniciar el regreso a la capital.

En total, esta excursión que abría el período de intercambio beisbolero con el Cibao, de donde tantos valores reales ha recibido nuestra pelota, duró unos treinta días.

Déjanos tu comentario