SANTO DOMINGO (Licey.com).- A los Tigres las cosas no les han salido como se esperaba, pero el tercera base Juan Francisco cree que el equipo se puede recuperar y pidió a la fanaticada que le mantenga su apoyo y que crean en los jugadores del Licey.
Para lograr la recuperación, el potente bateador sustenta que todos los días se habla con los jugadores en busca de mejorar todo el conglomerado, especialmente la defensa y el pitcheo, que han sido los puntos críticos que han hundido el equipo hasta el sótano.
“Estamos tratando de hacer todo lo posible por mejorar. Cada día se habla con los muchachos para tratar de mejorar la defensa, el pitcheo, el bateo, todo el colectivo”, expresó Francisco antes que el Licey quebrara una racha de cinco derrotas seguidas con un triunfo 5-1 sobre las Águilas el martes.
Adujo que los Tigres han pasado tan malos momentos como los actuales, pero que los jugadores estaban tan desesperados como fanáticos por la situación, pero confía que las cosas cambiarán con la entrada de Hanley Ramírez y el veterano lanzador Aquilino López y luego los grandes ligas Emilio Bonifacio y Eric Aybar.
“Si juntamos esas pequeñas cosas y salimos a jugar fuerte todos los días, la situación va a cambiar. A los fanáticos que nos apoyen cien por ciento y que crean en nosotros”, acotó el bateador zurdo, quien secundó a Hanley Ramírez con dobles seguidos, para remolcar la carrera de la ventaja en el triunfo ante el gran rival cibaeño.
Francisco, quien tras su entrada a juego tuvo “un pequeño jaloncito” en la pierna izquierda que lo sacó por unos días de acción, dijo que se siente bien “en un cien por ciento” y lo que espera es que el equipo comience a ganar con consistencia.
Aseguró que se mantendría con el Licey durante toda la presente temporada 2012-13, excepto para la Serie del Caribe, si llega a esa instancia.
La razón de ello es, que debe reportarse temprano al campo de entrenamiento primaveral de los Bravos de Atlanta, de Grandes Ligas, al que tiene que llegar preparado física y mentalmente para pelear por un puesto.
Por Dimaggio Abreu