Firmado tarde como receptor, Gómez nunca dejó de trabajar

Por Alex Rodríguez E
Prensa@licey.com
SANTO DOMINGO (Licey.com).- Miguel Gómez logró una firma “tardía” a los 18 años y como receptor.
Sin embargo, nunca dejó de trabajar, siempre con el apoyo de su familia, nunca perdió la esperanza y este verano alcanzó las Grandes Ligas con los Gigantes de San Francisco.
“Creo que cuando tienes un propósito de lograr algo, nunca pierdes la esperanza hasta alcanzar el objetivo”, dice Gómez al ser entrevistado por Tommy Troncoso para la Antesala Azul de los Tigres tras su debut en la Liga Dominicana de Béisbol.
Agrega que desde pequeño uno de sus más grandes anhelos era jugar con el Licey. A eso se añadió la llamada en el mes de julio por parte del equipo de Liga Mayor.
“Cuando tienes 18 años, los scouts no te quieren firmar o no te quieren dar un buen bono. Eso te hace trabajar más fuerte”, explicó el jugador número 19 en la historia del torneo dominicano que consigue batear un jonrón en su primer turno al bate.
El segunda base fue uno de los tres “Tigres” que debutaron este año en las Grandes Ligas. Junto a él estuvieron el jardinero Jorge Bonifacio, de los Reales de Kansas City, y el lanzador Ángel Sánchez, de los Piratas de Pittsburgh.
“Es un premio de Dios, solo pensé en las cosas que había pasado, el trabajo fuerte y en el apoyo que siempre me han dado mis padres y toda mi familia”, añadió el nativo de Santo Domingo de 24 años, 5-10 de estatura y 185 libras.
“Cuando fui a tomar ese primer turno me sentía un poco ansioso. El lanzador me abrió con un cambio y luego vino con una recta y pude conectar el cuadrangular”, agrega el novato que se convirtió en el sexto jugador del Licey, pero el primer nativo que consigue tal hazaña.
En las Ligas Mayores, Gómez vio acción en 22 partidos en los que bateó para .242 (33-8) con tres anotadas, dos dobles, dos empujadas y seis ponches. Fue la selección de primera ronda con el pick número 5 para el Licey en el sorteo de novatos del 2016.
“Muchos coaches me han dicho que con el bate que tengo puedo jugar en cualquier posición, pero sobre todo he venido a jugar en el invierno para trabajar en la defensa”, explicó el jugador que también puede defender la antesala y el jardín derecho.
Con el equipo de Richmond, sucursal AA en la Liga del Este, tuvo promedio ofensivo de .305 (308-94) en 78 partidos. Anotó 43 vueltas, pegó 19 dobles, dos triples y 8 cuadrangulares con 38 empujadas. Tuvo 12 bases por bolas y 36 ponches.

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