Esquinita MGM: «Las bailarinas del Play»

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Todos los conceptos aquí emitidos son de la exclusiva responsabilidad de su autor.

El título de esta esquinita está entre comillas porque corresponde al nombre de la entrega del día de hoy, miércoles 30 de noviembre del 2011, de la excelente sección "Los Buenos Días de Molina Morillo" en el periódico "El Día", con cuyo contenido nos identificamos plenamente.

Si en algo se han puesto de acuerdo los seis equipos de nuestra pelota ha sido en encaramar en los respectivos dugouts a mujeres que parece "fueron hechas con las manos", como dijo Bienvenido Rojas, con poca ropa, no a bailar, sino a echar el trasero más para atrás todavía, acostarse boca arriba con las piernas abiertas y a dar golpes con todo lo que está cerca de la  barriga, generalmente sin ton ni son, y cada una por su lado.

En Estados Unidos el beisbol es un "family game", por eso se pueden apreciar en todos los juegos a centenas o miles de niños de todas las edades, con los colores de los equipos de sus simpatías y acompañados de sus padres, generalmente de sus papás y sus mamás, es decir, la familia completa. Por eso y por varias causas más, en los estadios gringos no son vistos encima de los dugouts los espectáculos solo para adultos, y adultos varones, que son comunes aquí.

Acaso no sería mejor, más elegante y de mayor nivel, montar coreografías, con las mismas mujeres aunque, con las áreas estratégicas mejor cubiertas,  sobre temas y merengues asociados con cada uno de los equipos? Pondré algunos ejemplos a lo loco dejando claro que no soy ningún "creativo" de agencias publicitarias:  "Tú lo que quiere´e que me coma el tigre..", "Ahí vienen los tanques", "Pelotero la bola, paquiti paquiti pá…", "Liceísta soooooooy….", o bien del lado rojo "La noche buena del Escogido", o la famosa "Leña" de las Aguilas.

Y es que, ni siquiera en el séptimo inning ponen esos temas sino el regaetón y demás congéneres.

Y esto puede lograrse de más de una manera. O poniendose de acuerdo todos los equipos, o tomando la iniciativa uno de ellos sin importarle que los demás sigan haciendo lo mismo de ahora, o por una disposición de los altos ejecutivos que a veces se olvidan que deben dirigir todos los detalles del espectáculo y se limitan a ver los juegos desde sus asientos.

Cierro esta Esquinita vistiendola de gala al recoger en ella la excelente columna de Don Rafael Molina Morillo, sin lugar a dudas, una gloria del periodismo nacional.


"Declaro que no soy un mojigato y que, entre otras cosas, admiro la belleza femenina y me deleito con ella como el que más.
Las chicas que bailan sobre los ‘dugouts’ en los juegos de nuestro béisbol profesional, por ejemplo, son muy lindas y saben mover sus músculos de lo más bien, de eso no cabe duda alguna. Pero si pretenden hacer el papel de “cheerleaders” o porristas , copiando la costumbre norteamericana para animar al público y a los jugadores, están muy equivocadas.

Las “cheerleaders” de los Estados Unidos visten y bailan recatadamente, se limitan a agitar sus papeles ripiados (las de aquí ni siquiera eso tienen), y no recuerdo haber visto a ninguna de aquellas moviendo lascivamente sus glúteos ni dando los llamados “golpes de barriga”.

El espectáculo deja, entonces, de ser divertido y raya en lo voluptuoso, casi en lo pornográfico. Tanto el público que acude a los estadios como el que sigue los juegos por televisión recibe el impacto de los lujuriosos bailes dignos de otro escenario adonde no se admitan niños, ni desde donde no se multiplique su difusión a través de la tele.

Aunque el refrán dice que a las mujeres feas ni a los consejos nadie los sigue, me permito sugerirles a los patrocinadores de las bailarinas del play que no desnaturalicen el papel de las animadoras, y que las conviertan en una nota agradable, pero no indecente."

Rafael Molina Morillo
El Día, 30 de noviembre del 2011
 

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