Por Daniel Rufenacht
SANTO DOMINGO (Licey.com).- La pelota dominicana siempre ha sido una pasarela de prospectos de importancia. En este 2011, cada equipo tiene en sus filas al menos un importado que esté bien cotizado en Estados Unidos. En el caso de los Tigres del Licey, la escuadra azul tiene varios y uno de ellos es Chris Marrero.
El inicialista de los Nacionales de Washington llegó el martes al país para iniciar su segunda experiencia en el Caribe, ya que el año pasado estuvo viendo acción en Puerto Rico.
“Es una oportunidad importante en mi carrera venir a jugar con el Licey. Mi hermano jugó en el torneo pasado con los Gigantes del Cibao y me dijo que aquí hay una gran competencia, que hay muchos jugadores de Grandes Ligas y que resulta de mucha ayuda. Precisamente por eso vine, porque quiero seguir mejorando y por eso vine ready para esta experiencia en la Liga Dominicana”, manifestó Marrero al conversar para Licey.com.
El nativo de Miami, Florida, participó en el béisbol boricua con los Leones de Ponce y tuvo promedio de .306, con dos cuadrangulares y 16 remolcadas, en 23 encuentros.
Muchos fanáticos se preguntaban porque el primera base no inició la temporada con Licey, sobre todo porque fue uno de los primeros refuerzos que la gerencia del equipo anunció.
“Los ejecutivos de Washington no querían que viniera desde el primer día porque preferían que yo descansara un poco, ya que jugué 158 partidos entre Triple A y las mayores”, señaló el jugador de 22 años de edad.
Una de las características de los prospectos que juegan invierno es que vienen por tiempo limitado. Marrero, catalogado por Baseball America como noveno en el Top 20 de los Nacionales, podría unirse a ese grupo.
“No sé hasta cuando estaré con los Tigres. Creo que Washington y Licey acordaron un tiempo límite, pero no tengo conocimiento”, dijo el tolero, quien además agregó que vino a trabajar en ser más consistente con el madero y en batear hacia la banda contraria.
En su permanencia en AAA bateó .300, con 14 jonrones, 69 impulsadas y un porcentaje de embasarse de .375 en 123 juegos. En la Gran Carpa terminó bateando .248, con 10 remolques, en 31 partidos.