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Buster Olney/ESPN

Hay una conciencia de sí mismo que interviene con los mejores bateadores, dice el entrenador de bateo de los Nationals Kevin Long, para que, sin importar los logros y la adulación, ellos puedan sentir que están en problemas en el plato, vulnerables al primer parpadeo de un slump. Quieren extinguir eso lo antes posible, y entonces van a trabajar, entran a la jaula de bateo.

Juan Soto de los Nationals ya tiene este rasgo, y cuando se movió hacia adelante en su mecánica a principios de la temporada pasada, luchando contra pelotas en rompimiento, la incomodidad que sintió lo activó. Fue a Long y pidió ayuda, y todos los días una máquina le alimentaba a la fuerza con bolas curvas. Cien bolas rompientes.

«¿Qué vas a hacer hoy?» Long preguntaría. «Tengo que batear mis 100 bolas rompientes», decía Soto.

Soto le ha dicho a Long en repetidas ocasiones que no quiere ser bueno, que quiere ser genial y ya él califica. Soto tiene tres jonrones en Serie Mundial, dos de ellos contra un hombre que acaba de convertirse en el lanzador mejor pagado de la historia del béisbol. Soto se fue de 9-27 en el Clásico de Otoño, balanceándose tan bien que obligó al mánager de Houston, AJ Hinch, a otorgarle su primera y única caminata intencional de 2019.

Soto ya ha tenido una temporada con 100 carreras anotadas. Su porcentaje de embasamiento en cada uno de sus primeros dos años fue superior a .400. Obtendrá un anillo de campeonato de la Serie Mundial al comienzo de la temporada 2020. El año pasado, solo 11 bateadores en las mayores hicieron swing a un menor porcentaje de lanzamientos fuera de la zona de strike.

La primera vez que Albert Pujols consiguió 100 boletos, tenía 28 años. Joey Votto tenía 27 años. Alex Rodríguez llegó a esa marca una vez en su carrera, a los 24 años. Mike Trout llegó allí cuando tenía 21 años. En la temporada de 20 años de Ted Williams en 1939, negoció 107 bases por bolas en 149 juegos.

En la temporada de sus 20 años -el año pasado-, Soto recibió 108 boletos en 150 juegos. Celebró su 21 cumpleaños durante la Serie Mundial, lo que no tiene sentido debido a lo avanzado que ya parece estar en su comprensión del arte de batear.

«No tiene miedo en el plato», dijo un evaluador rival. «No se rinde y no tiene miedo de batear con dos strikes. Hace buenos ajustes en el plato, y su poder apenas comienza a aparecer».

Long cree que Soto bateará para obtener un promedio más alto a medida que refina su habilidad para golpear bolas que rompientes, ya que lleva la pelota de manera más consistente hacia el jardín izquierdo y central izquierdo mientras aprovecha los momentos en que puede halar la pelota. Los desafíos de Soto son los mismos que todo gran jugador joven enfrenta: cómo lidiar con el éxito, la atención, la celebridad y la satisfacción.

Si Soto se mantiene concentrado, Long dijo: «Este chico es tan especial. Tiene todo el potencial del calibre del Salón de la Fama».

En el podcast de Baseball Tonight, Eduardo Pérez recordó una historia sobre cómo Soto acudió a un entrenador de bateo de ligas menores y le preguntó cómo podía mejorar, y tomó en serio el consejo, -haz swing a los strikes. «Él va a mejorar», dijo Pérez, «y una de las razones por las que estamos tan seguros es su disciplina en el plato».

El béisbol humilla incluso a sus mejores jugadores, y el juego desafiará a Soto de diferentes maneras. Soto probablemente recibirá su primera dosis completa de lanzamientos malos en 2020, con oponentes que se niegan a lanzar la pelota sobre el plato en los momentos más críticos: el tratamiento de Bryce Harper. A Harper le encanta batear y la negativa de los lanzadores a lanzarle le pareció realmente molesto, lo que lo llevó a un slump. Con Anthony Rendon fuera en Anaheim y el medio de la alineación de Washington disminuido, Soto probablemente tendrá muchos días en los que solo tendrá uno o dos o tres lanzamientos para conectar en sus apariciones en el plato.

«Creo que lo manejará bien», dijo Pérez. «Todo lo que es, es un jugador de béisbol. Vive enfrente de la calle del estadio de béisbol. Este niño tiene acceso para entrar al estadio cuando quiera. No hay ruido alrededor del estadio para él; es estrictamente béisbol, y le encanta jugarlo».

Soto recién está comenzando y ya es el mejor jugador en su posición. Aquí están los 10 mejores jardineros izquierdos, según los aportes de personas de la industria. (Por cierto: Giancarlo Stanton está junto a los jardineros izquierdos).

1. Juan Soto, Washington Nationals

Hay una amplia gama de números excepcionales de Soto entre los que elegir, y aquí hay algunos: en situaciones cerradas y en los finales de los juegos, por referencia de béisbol, bateó .349, yéndose con un porcentaje de embasamiento de .500 y un porcentaje de slugging de .683 (82 apariciones en el plato).

En la novena entrada de los juegos, Soto tuvo un OPS de 1.075, con 11 bases por bolas y siete ponches. Once de sus 34 jonrones durante la temporada regular fueron para su mano, 16 fueron golpeados al jardín central y siete fueron hacia la banda contraria.

Chipper Jones aprobaría esto: la línea ofensiva de por vida de Soto en Citi Field, hasta ahora, es .361 / .451 / .639.

2. Michael Brantley, Houston Astros

Brantley no podría haber sido un ajuste más perfecto para los Astros, en su personalidad y producción, y el hecho de que al firmarlo Houston dejó caer a un exitoso bateador zurdo en medio de su larga línea de bateadores derechos. Con corredores en posición de anotar, Brantley bateó .343 con un porcentaje de slugging de .612, aprovechando la forma en que los lanzadores oponentes estaban continuamente arrinconados en una esquina frente a la potente alineación de los Astros.

3. Tommy Pham, San Diego Padres

Entre los equipos de la Liga Nacional, ningún club está en modo de ganar ahora más que los Padres, y la adquisición de Pham de los Tampa Bay Rays debería mejorar a San Diego de inmediato. El veterano jardinero es disciplinado en sus turnos al bate, negocia boletos y mejorará la parte superior de la alineación, por delante de Manny Machado, Eric Hosmer y otros. Hunter Renfroe, por quien Pham fue adquirido, es el mejor defensor, pero Pham es sólido.

4. Joey Gallo, Texas Rangers

El toletero se dirigía a una temporada realmente agradable en 2019, un año de gran progreso, antes de sufrir dos lesiones significativas, una distensión del oblicuo y un hueso roto, y se limitó a jugar 70 partidos. Pero en ese tiempo de juego, demostró que se ha convertido en mucho más que un bateador de jonrones de todo o nada, a través de una tasa de persecución mejorada.

Las tasas de swings de Gallo a lanzamientos fuera de la zona, según FanGraphs:

2015: 30.3%
2016: 27.3%
2017: 31.8%
2018: 32.2%
2019: 24.2%

Su porcentaje de embasamiento se disparó de .312 en 2018 a .389 el año pasado, y por supuesto, hubo jonrones: pegó 22 en esos 70 juegos. Fue un All-Star por primera vez la temporada pasada.

5. Kyle Schwarber, Chicago Cubs

El intenso impulso de Schwarber por mejorar aparentemente ha trabajado en su contra en las últimas temporadas. Pero ahora que tiene 27 años con casi 2.000 apariciones en el plato de experiencia, parece estar resuelto y viene del mejor año de su carrera. Notoriamente inestable en 2017 y 2018, Schwarber tuvo una excelente segunda mitad en 2019, publicando una línea ofensiva de .280 / .366 / .631.

Con la Liga Nacional listo para usar el bateador designado en esta temporada truncada, Schwarber podría tener mucho tiempo en ese papel.

6. Brett Gardner, New York Yankees

Cuando firmó un contrato de un año para 2019 después de signos de regresión el verano anterior, parecía que Gardner se estaba acercando a la meta de su tiempo con los Yankees. En cambio, Gardner produjo una temporada de 3.6 fWAR, logrando máximos de carrera en jonrones (28) y porcentaje de slugging (.503) cuando se unió a la tendencia de toda la generación de levantar más la pelota.

Considere los cambios en los porcentajes de bolas por tierra / elevados de Gardner:

2016: 1.93
2017: 1.34
2018: 1.46
2019: 1.16

Comprueba que no es realmente parte del ángulo de salida generacional. Gardner tiene 36 años (cumplirá 37 el próximo mes), y acaba de recibir un aumento en su nuevo acuerdo, de $9.75 millones a $12.5 millones.

7. Jeff McNeil, New York Mets

Los Mets podrían haberse sentido desafortunados en los dos últimos años, con jabalíes y agujeros que rompen tobillos y el resto, pero los dioses del béisbol preservaron a McNeil para ellos. Si recuerdan, iba a ser parte del paquete enviado a Seattle por Robinson Canó, pero después de que se filtrara prematuramente la posible inclusión de McNeil, la reacción del público fue fuerte y McNeil fue retirado del acuerdo propuesto.

Y siguió su prometedor debut en 2018 al golpear .318 / .384 / .531 para los Mets, convirtiéndose en parte del equipo All-Star de la Liga Nacional. En 133 juegos, McNeil generó 4.6 fWAR, tanto valor como Bryce Harper de los Phillies y Ozzie Albies de los Braves. Está incluido entre los jardineros izquierdos aquí, dado el trabajo que hizo en este lugar el año pasado, pero se espera que los Mets lo usen mucho en la tercera base en 2020.

8. Andrew McCutchen, Philadelphia Phillies

La temporada de frustración de los Phillies dio su primer giro importante a peor en junio, cuando McCutchen se lastimó la rodilla y se perdió por el resto del año. McCutchen había prosperado en el papel de primer bate, registrando un porcentaje de embasamiento de .378, anotando 45 carreras en 59 juegos, incluyendo 10 jonrones.

9. Eddie Rosario, Minnesota Twins

Bateó 32 jonrones e impulsó 109 carreras para los Twins el año pasado y obtuvo algunos votos dentro del Top 10 al MVP la temporada pasada, pero no le fue tan bien en algunas de las métricas subyacentes, casi seguramente debido a su bajo porcentaje de embasamiento (.300 en 2019). Su OPS + ajustado fue 106, y fue 15º entre los jardineros izquierdos en wRC +. Pero mira, fue un jugador importante en un equipo que ganó 101 juegos y la división central de la Liga Americana.

10. Marcell Ozuna, Atlanta Braves

Podría argumentar enérgicamente por Eloy Jimenez o Andrew Benintendi o Avisail García en este lugar, porque si bien Ozuna es el nombre más grande, también tuvo un año difícil en 2019. Pegó 29 jonrones, pero luego, mucha gente conectó muchos jonrones, y el OPS + ajustado de Ozuna fue un mediocre 107.

Lo mejor del resto

Eloy Jiménez, Chicago White Sox: Según lo que logró en su temporada de novato, es lógico que Jiménez esté más cerca de la cima de estos rankings en las próximas temporadas. Jiménez, ahora de 23 años, machacó 31 jonrones la temporada pasada, para un porcentaje de slugging de .513 y un OPS de .828.

Andrew Benintendi, Boston Red Sox: Hay una teoría de trabajo entre algunos evaluadores de que Benintendi se dará cuenta de su potencial cuando salga del campo izquierdo en Fenway Park, donde su velocidad a veces es sacrificada por las acogedoras dimensiones. Al igual que Schwarber, tiene fama de preocuparse por su actuación, por lo que parte de su maquillaje aún se está desarrollando.

Joc Pederson, Los Angeles Dodgers: Ha sido incluido en cerca de mil millones de rumores comerciales, pero los Dodgers se han aferrado a él por el gran daño que hace contra los lanzadores diestros: 36 jonrones en 401 turnos al bate la temporada pasada (y ningún jonrón contra zurdos en 49 turnos al bate).

Avisail García, Milwaukee Brewers: Tuvo una buena temporada para los Rays el año pasado, lo que le valió un contrato de dos años en Milwaukee.

Bryan Reynolds, Pittsburgh Pirates: El intercambio de McCutchen por los Pirates fue impopular en Pittsburgh, pero Reynolds contribuyó en gran medida a mitigar el dolor de ese acuerdo con una excelente temporada de debut, bateando .314 y generando un wRC + de 134.

Hunter Renfroe, Tampa Bay Rays: Puede golpear jonrones (33 el año pasado) y está muy subestimado como defensor.

 Declaración conjunta

 La Liga de Béisbol Profesional de la República Dominicana, Inc. (Lidom) y la Federación Nacional de Peloteros Profesionales (Fenapepro) se complacen en hacer de público conocimiento que han llegado a acuerdos para la implementación en nuestro béisbol profesional de invierno de la ya convenida Agencia Libre, la cual estaría en vigencia después de la temporada 2022-2023.

Ambas entidades coincidieron en que estos acuerdos constituían un paso importante en el camino a un nuevo convenio y acordaron reunirse a la brevedad posible a sus más altos niveles de dirección para discutir y decidir los escasos temas pendientes que, por ser de naturaleza económica, requieren la participación de los presidentes de equipos.

Los representantes de Lidom y Fenapepro se reconocieron recíprocamente la buena disposición, armonía y respeto que caracterizaron las discusiones de estos importantes aspectos del acuerdo y se manifestaron confiados en que en los próximos días podrán estar suscribiendo un nuevo convenio general entre ambas instituciones.

“Para esta presidencia de Lidom y puedo asegurar que para toda su directiva, este acuerdo con Fenapepro sobre la Agencia Libre es un importante paso en beneficio de nuestros jugadores y del béisbol en sentido general. Esperamos en los próximos días anunciar nuestro acuerdo general con Fenapepro. Saludo la buena disposición, entrega y espíritu de conciliación que animó a ambas comisiones en la discusión de este aspecto. Habla bien del compromiso firme de ambas entidades con el bien de nuestro béisbol”, declaró Vitelio Mejía Ortiz, presidente de Lidom.

Ambas partes acordaron hacer de público conocimiento su acuerdo ya definitivo sobre la Agencia Libre.

“Feliz de poder lograr un acuerdo sobre la Agencia Libre, uno que fue ideado y consensuado por nuestra institución con nuestros representados y que fue recibida de grata manera por la LIDOM, pudiendo llegar a cubrir todos los detalles por ambas partes, luego de muchas horas de labor. Con este acuerdo inicial ganan nuestros peloteros, los equipos y todos los fanáticos de nuestro deporte rey”, declaró Erick Almonte, presidente de Fenapepro.

La Comisión Técnica de Lidom estuvo conformada por don Winston –Chilote- Llenas, Valentín Contreras, Jorge Torres, Francisco Micheli, José Gómez y Carlos José Lugo; mientras que la Comisión Técnica de Fenapepro estuvo integrada por su presidente, Erick Almonte, Vian Araujo, Félix Luzón, Quilvio Veras y Esteban Germán.

Rubén Castro/ESPN Digital

Luego de ser seleccionado y no participar en el Juego de Estrellas de una temporada antes, Pedro Martínez abrió su único clásico de media temporada el 13 de julio de 1999, y lo hizo ante su público estableciendo un récord nunca antes visto en 69 clásicos de media temporada previos.

El lanzador ador derecho de 27 años de edad en ese entonces, arrancó el partido 70 de media temporada con cuatro ponches consecutivos, para ser el primero en la historia en conseguirlo desde que se jugó el primero en 1933 –en 20 Juegos de Estrellas más desde 2000, ningún otro pitcher ha podido igualar la hazaña.

El dominicano subió a la loma de Fenway Park como el abridor de la Liga Americana vistiendo el uniforme de los locales Boston Red Sox, para enfrentar a la Liga Nacional.

Al primer bateador del juego lo llevó a ocho pitcheos y en los siguientes dos necesitó de nueve para sacar la entrada con tres ponches, en cuentas de bolas y strikes de 2-2, 1-2 y 2-2. Con el primer bateador de la segunda entrada necesitó cuatro pitcheos –cuenta 1-2– para establecer la marca.

El lanzador derecho había participado en dos Juegos de Estrellas anteriores –1996 y 1997– como relevo, pero representando a la Liga Nacional como jugador de los Montreal Expos.

En 1998, en su primer año con los Red Sox, fue seleccionado para el Juego de Estrellas en Coors Field, pero no vio acción. Después de 1999, fue electo a otros cuatro Juegos de Estrellas y tampoco subió a la loma.

En tres participaciones en el Juego de Estrellas, el inmortal del Salón de la Fama de Cooperstown, ponchó a ocho jugadores en total y no toleró carrera en cuatro entradas lanzadas, en que aceptó par de hits y no otorgó bases por bolas.

¿A quiénes ponchó al hilo Pedro Martínez en el All Star de 1999?

Barry Larkin: Llegó al Juego de Estrellas con 31 ponches en 356 apariciones en el plato, así como 97 hits. Terminó su carrera con 2,340 hits en 2,180 juegos jugados en 19 campañas con Cincinnati Reds, pegando 198 jonrones. Se ponchó 817 veces en 9,057 apariciones en el plato. En 2012 fue electo al Salón de la Fama de Cooperstown.

K’s de poder

Los ocho ponches de Pedro Martínez en sus tres Juegos de Estrellas en Grandes Ligas.

Los cuatro ponches

Larry Walker: Al Clásico de media temporada el jugador de Colorado Rockies llegó con 25 jonrones y 77 producidas, con 105 imparables y 36 ponches en 316 apariciones en home para batear en 73 partidos. Jugó 17 campañas sumando 383 jonrones y 2,160 imparables. Tuvo 1,231 ponches en 8,030 apariciones al bate, pegando 471 dobletes y 62 triples. Este año 2020 fue electo al Salón de la Fama de Cooperstown.

Sammy Sosa: El dominicano de los Chicago Cubs llegó con 32 jonrones, 96 hits, 74 remolcadas y 88 ponches en 377 apariciones al plato en la temporada, en que terminó con 63 jonrones en el año. Sumaba hasta entonces 305 vuelacercas en camino a terminar con 609 en su carrera, en que sumó 2,408 hits en 9,896 apariciones en el plato con 2,306 ponches en 18 temporadas. En ocho años en la boleta para entrar a Cooperstown este año obuvo su mejor porcentaje de votos con 13.9.

Mark McGwire: El jugador de los St. Louis Cardinals llegó al Juego de Estrellas con 28 jonrones, 77 hits y 72 carreras producidas en la temporada, además de 78 ponches en 370 apariciones en el plato. En 16 años pegó 583 jonrones 1,626 hits en 7,660 apariciones en el plato, con 1,596 ponches. Estuvo 10 años en boleta para Cooperstown y tuvo su mejor porcentaje con 23.7 en 2010.

Tras el ponche a McGwire para establecer la marca, Matt Williams se embasó en error del segunda base Roberto Alomar y Martínez acabó la entrada con ponche en cuenta llena a Jeff Bagwell y en la jugada Williams fue puesto out en intento de robo.

La Liga Americana anotó par de carreras en el primer episodio en camino a una victoria de 4-1, la cual fue a la cuenta de Martínez, que al final fue electo el Jugador Más Valioso del partido. A McGwire, de Oakland Athletics entonces, también lo ponchó en el Juego de Estrellas de 1997.

ESPN

Los Toronto Blue Jays anunciaron que durante la temporada 2020 rendirán tributo al campocorto dominicano, Tony ‘Cabeza’ Fernández, quien falleció en febrero de este año, portando un parche bordado en las mangas de sus uniformes con el número 1 que utilizara el pelotero durante las 12 temporadas en las que jugó con el equipo.

El anuncio fue hecho a través de un mensaje en las redes sociales, acompañado de un video cuya dedicatoria puede leerse “para ti, Tony. Para rendir tributo a la vida y el legado de Tony Fernández, usaremos un parche conmemorativo en nuestro uniforme con el número 1 durante la temporada 2020”.

El legado de Fernández se extiende a las grandes contribuciones al equipo canadiense, siendo miembro vital del conjunto con el que alcanzó cuatro de sus cinco invitaciones al Juego de Estrellas, cuatro Guantes de Oro y un anillo de campeón de Serie Mundial en el año 1993. Adicionalmente, Tony fue uno de los propulsores del primer banderín de campeones de la División Este de la Liga Americana que los Blue Jays ganaron en el año 1985.

El nativo de San Pedro de Macorís se mantiene como líder de franquicia en partidos disputados usando el uniforme de los Toronto Blue Jays con 1,450, así como en más partidos jugados en una misma temporada regular con 163; imparables, al haber conectado 1,583 y triples con 72.

Adicionalmente, tiene el segundo lugar en dobles conectados con 291, tercer lugar de promedio de bateo con el equipo con .297, fue cuarto en bases robadas con 172, quinto en carreras anotadas con 704 y sexto en bases por bolas recibidas con 439.

En 1986 conectó un total de 213 hits con el equipo, convirtiéndose, en ese momento, en líder en imparables conectados para un campocorto de las Grandes Ligas.

Por su encomiable labor realizada con el equipo, dentro y fuera del terreno de juego, el dominicano recibió el premio a la excelencia (Toronto Blue Jays Level of Excellence) en el 2001, un galardón que reconoció los aportes realizados durante su carrera junto a la franquicia canadiense.

Por Dimaggio Abreu

SANTO DOMINGO (Licey.com).- La junta ejecutiva del Club Atlético Licey Inc, felicitó al señor Quilvio Hernández por su elección como presidente del Consejo Directivo de las Águilas Cibaeñas S.A.S., ocurrida este sábado 11 de julio.

El conjunto azul del béisbol invernal dominicano, que preside el doctor Domingo E. Pichardo Peña, congratuló a Hernández por haber alcanzado la elección de manera unánime para su cuarto periodo en la presidencia del conjunto con sede en Santiago.

La directiva de los Tigres del Licey extendió sus parabienes a cada uno de los socios que acompañarán a Quilvio Hernández en el Consejo Directivo aguilucho que ocuparán sus respectivas fundaciones por el periodo de un año.

Armando Soldevila/ESPN RD

En este 2020 se cumplen 10 años de la mágica temporada que llevó a José Bautista de ser un jugador sin un rol definido a una de las principales estrellas del béisbol.

El dominicano nunca había superado los 16 jonrones en una temporada y en el 2009, jugando para los Toronto Blue Jays, finalizó la campaña con un promedio de bateo de .235, con 13 cuadrangulares en 113 partidos.

Para la temporada de 2010 los Blue Jays hicieron una apuesta y con algunos cambios en su mecánica y la seguridad de estar en el terreno todos los días, Bautista produjo una de las temporadas más inesperadas en la historia del juego.

En 161 partidos, el jardinero derecho de Toronto encabezó la Liga Americana con 54 jonrones, remolcó 124 carreras y anotó 109. Finalizó también con un OPS de .995, estadísticas de estrella que cambiaron el rumbo de su carrera.

Precisamente en ese mes de julio del 2010, Bautista comenzó a lograr la consistencia que lo llevó a completar ese primer año como estelar de Grandes Ligas. En ese mes conectó 11 jonrones y luego siguió agosto con 12 y 11 más en septiembre. Anteriormente, había disparado cuatro en abril, 12 en mayo y apenas cuatro en junio.

En los próximos años Bautista tendría temporadas de 43, 27, 28, 35, 40, 22 y 23 vuelacercas, para convertirse en uno de los bateadores de poder más temidos de la década.

En su carrera disparó 344 jonrones, una cifra impresionante ya que tuvo su primera temporada de calidad a los 29 años y apenas había conectado 74 cuadrangulares antes de ese 2010.

Durante ese trayecto entre 2010 y 2018, Bautista se convirtió en una de las estrellas más importantes de la MLB y en uno de los jugadores más populares en la República Dominicana gracias a sus actuaciones en serie regular y postemporada con los Blue Jays y su actuación con el equipo dominicano en el Clásico Mundial de Béisbol.

Por Nathalie Alonso/LasMayores.com 

NUEVA YORK.- En ningún rincón del mundo ha habido bateador más encendido en las últimas semanas que Mel Rojas Jr., jardinero de los KT Wiz del béisbol surcoreano. Tras un retraso de más de un mes debido a la pandemia del nuevo coronavirus, la Organización Coreana de Béisbol (KBO, por sus siglas en inglés) inició su temporada regular el 5 mayo. La única otra campaña regular en curso ahora mismo es la de la Liga de Béisbol China de Taiwán, que regresó a la acción en abril.

En Corea, se habla de una Triple Corona, ya que después de sus primeros 55 juegos, Rojas (jugador de los Tigres del Licey en el béisol invernal dominicano) encabeza la KBO en jonrones (19) y carreras producidas (52) y se encuentra en el segundo lugar en promedio de bateo (.374.) El dominicano, quien también es el líder de la liga en OPS (1.133) y ocupa el segundo lugar en hits (83) y carreras anotadas (48), fue reconocido como el Jugador del Mes de la KBO luego de batear .347 con 35 imparables, 11 cuadrangulares y 25 impulsadas en junio.

Se trata de un giro pronunciado para un jugador que a regañadientes se fue a probar suerte en Asia al ver su carrera estancada después de ocho temporadas de liga menor.

“Este cambio de venir para acá ha sido lo que mejor ha pasado en mi carrera”, manifestó Rojas por vía telefónica. “Ha sido la mejor decisión que he tomado”.

Rojas, de 30 años, nació en Indianápolis, Indiana y asistió a la universidad en el estado de Illinois. En el 2010, fue seleccionado por los Piratas en la tercera ronda del Draft amateur y, seis años después, fue canjeado a los Bravos. En total, el quisqueyano tuvo promedio de .258 con 43 jonrones, 325 carreras producidas y OPS de .701 en 837 partidos de liga menor. Sin un camino hacia las Grandes Ligas, Rojas decidió aceptar una oferta para jugar en Corea del Sur.

Rojas disputa su cuarta temporada en la KBO y su tercera campaña completa, ya que se integró a los KT Wiz a mediados del 2017.

“Yo tenía en mi mente, por lo menos en Dominicana lo tienen así o lo tenían así, que cuando uno viene a Japón y Corea ya es como el final de su carrera”, señaló Rojas. “Pero para mí, ha sido todo lo contrario. Aquí es que mi carrera ha (tomado) más fuerza, gracias a Dios”.

En todas las ligas en las que ha participado, Rojas Jr. ha fungido principalmente como jardinero central, aunque también ha visto acción en el bosque izquierdo y en el derecho. Rojas no pierde la esperanza de jugar algún día en las Mayores, aunque señala que mientras tenga contrato en Corea, tendría que recibir un convenio garantizado de Grandes Ligas para dar el salto.

Rojas es hijo del ex ligamayorista Melquíades Rojas, quien en 10 temporadas de Grandes Ligas de 1990 a 1999 lanzó por los Expos, Mets, Dodgers, Cachorros y Tigres. Eso hace a Mel Jr. sobrino nieto del legendario Felipe Rojas Alou, el segundo dominicano que jugó en Grandes Ligas y el primero que dirigió en las Mayores, y primo del manager actual de los Mets, Luis Rojas.

Cuando era pequeño, Mel Jr. también jugaba baloncesto, pero cuando llegó el momento de elegir un deporte, la opción fue obvia.

“Tuve que escoger el camino de la pelota porque esa es mi pasión y la pasión de mi familia”, expresó Rojas, agregando, “Gracias a Dios estoy representando a mi familia por estos lados”.

Mel Jr. cuenta que cuando era adolescente, tenía una relación bastante cercana con Luis, quien le lleva nueve años. Mel recuerda que en aquel entonces, Luis ya se inclinaba tanto por la estrategia que ni en los juegos de video podía resistirse a hacer cambios y maniobras.

“Yo me molestaba mucho con él cuando jugábamos –Playstation-, porque él siempre hacía unos cambios”, recuerda Mel Jr. “Yo le decía, ‘Oye, dime, y todos esos cambios, esto es simplemente un juego’. Él siempre ha tenido ese deseo de ganar y ser súper estratégico”.

La noticia de que Luis fue contratado como capataz de los Mets en enero llenó de alegría a su primo menor.

“Me sentí súper contento”, dijo Mel Jr. “Sentí como que fui yo que subí a Grandes Ligas”.

De su parte, Luis trata de estar pendiente de Mel cuando sus responsabilidades como capataz se lo permiten.

“He visto algunos de los highlights de él”, dijo Luis. “He visto que le ha ido bastante bien. Le he mandado sus mensajes de felicitaciones cuando puedo”.

La presidencia de la Liga de Béisbol Profesional de la República Dominicana Inc. (LIDOM), muy a su pesar, se ve en la necesidad de hacer algunas precisiones en relación con las negociaciones que ha venido sosteniendo con la Federación Nacional de Peloteros Profesionales (Fenapepro).

Lidom y su presidencia se sienten liberados de probar frente a la opinión pública, y muy especialmente en el ámbito deportivo, que su actitud en relación con las negociaciones con Fenapepro ha sido siempre la de consideración y respeto hacia la contraparte, no solo por sus propios merecimientos, sino porque ellos representan a nuestros jugadores que, con uno u otro equipo, conforman nuestra familia Lidom.

No obstante ese espíritu y nivel de compromiso de nuestra parte, hemos visto como de manera reiterada desde la dirección de Fenapepro se mantiene un discurso distorsionado y ofensivo hacia la Liga y los equipos que la componen; distorsionado porque se ha pretendido vender la idea de que Lidom mantiene posiciones encontradas con sus jugadores o que se resiste a incluir en los acuerdos mejoras en la situación de estos, cuando la verdad es que todos los acuerdos arribados a la fecha lo han sido por la disposición de ambas partes de favorecer a sus jugadores. Muy particularmente se ha querido desconocer, con calificativos inaceptables, el papel proactivo de Lidom en propiciar la Agencia Libre, de la cual, como consta a los propios directivos de Fenapepro y a muchos de los jugadores, esta presidencia ha sido una abanderada por considerar que beneficia al béisbol en sentido general y a ambas partes en las negociaciones.

Hoy día, como hemos reiterado públicamente, estamos en el último tramo de la concertación de un acuerdo con nuestros jugadores a través de sus representantes en Fenapepro, y Lidom está disponible a sentarse a la mesa para la conclusión de ese acuerdo cuando los representantes de Fenapepro estén en condiciones de asumir la misma actitud de consideración y respeto de que han sido objeto.

A los jugadores de nuestros equipos, tengan la seguridad de que a la Liga y sus franquicias le anima el mejor interés de ellos, y que las decisiones y acuerdos a que se ha arribado, y los que puedan arribarse en el futuro, han sido con ese propósito y asumidos por Lidom por convicción y no por presión.

Apelamos a la sensatez de la Junta de Directores de Fenapepro para que las conversaciones se puedan retomar dentro del clima en que se han estado llevado hasta la fecha y sin poses públicas que desdigan de la disposición de Lidom a impulsar cambios que beneficien a sus jugadores.

Por Dimaggio Abreu

SANTO DOMINGO (Licey.com).- Luis Barrera, el veloz jardinero y fino bateador zurdo que ha expresado interés de jugar el próximo invierno con los Tigres del Licey, ha sido incluido en el roster de los Atléticos de Oakland para los entrenamientos puestos en marcha por las Grandes Ligas.

El nativo de Tamboril, 24 años, 6’0″ pies y 205 libras, se une al también guardabosques Ramón Laureano para conformar una dupla de Tigres en la lista extendido de 60 elegibles de la organización de la Liga Americana para la campaña de 60 partidos que ha de comenzar alrededor del 25 de este mes, si lo permite la crisis por coronavirus.

Con Barrera, el número de jugadores del Licey incluidos en la nueva pretemporada retorna a 43, que fue la cantidad inicial, pero quedó reducida a 42 después que el receptor Welington Castillo declinó incorporarse con los Nacionales de Washington para permanecer junto a su familia.

Cuando ha estado en los campos de primavera de Oakland, precisamente a Laureano es a quien Barrera ha pedido ayuda en su intento por lucir lo mejor a vista de sus superiores, declaró éste en una reciente entrevista desde su casa vía Zoom con Ildefonso Ureña y Fernando José Ravelo para los medios y redes sociales del Licey.

En dicha conversación, Luis mostró su plena intención por disputar la temporada invernal 2020-2021 con los Tigres, así como su confianza en que está listo para ser un jugador de Grandes Ligas. «Estoy esperando que me den el chance; solo le pido a Dios que me den un chance», dijo sobre lo último.

Barrera, quien sufrió una lesión que lo apartó de la temporada 2019 en medio de una excitante participación en la AA de la Liga de Texas, explicó que por ello y por falta de permiso de los Atléticos no participó el invierno pasado con el Licey, pero que esta vez sí lo hará.

«Sí. Quiero jugar este año con honor y orgullo», reaccionó Luis a la pregunta de si estaba en disposición de actuar con los Tigres en el torneo Don José Manuel Fernández In memoriam de la LIDOM.

Aseguró que durante la estación invernal pasada muchos fanáticos de los azules le escribieron por redes diciéndole, «te necesitamos». Argumentó que si hubiera sido por él, lo habría hecho, pero aparte de la lesión, no recibió el permiso.

«Si Dios lo permite jugaré este año, voy a hablar con los jefes (de Oakland)», prometió Barrera, quien al momento de su lesión en AA lideraba la liga en triples con once.

Y como especie de confirmación, al dejar un mensaje a los fieles de la enseña azul, lo reiteró: «Este año, si Dios lo permite, estaré con los fanáticos del Licey, les voy a dar un susto este año».

Al momento de lesionarse en 2019 con la sucursal de los Atléticos en Midland, Barrera había disputado 54 partidos y bateado 72 imparables en 224 turnos para promedio de .321.

Aparte de sus once triples tenía nueve dobles y cuatro jonrones, con 35 carreras anotadas, 24 impulsadas y nueve bases robadas. Con 12 bases por bolas recibidas su OBP era de .357 y su OPS .871.

Se definió como un jugador agresivo que le gusta correr, que a veces sus dirigentes tienen que bajarle la intensidad. De ahí que, aunque puede jugar los tres jardines, prefiere el central porque le permite correr más.