SANTO DOMINGO,- recordará viejos tiempos. De ser sólo la capital de República Dominicana, la ciudad volverá a enfundarse su traje de La Española, ese que uso durante en la época colonial, para conmemorar aquellas contiendas que tuvieron navíos ingleses, con Francis Drake a la cabeza, contra la corona ibérica. La diferencia es que ya no se está en 1.500 y el campo de batalla no será el mar, será un estadio, el Quisqueya, en donde desde hoy el representante de la isla, rivalizará con Puerto Rico, México y Venezuela en la Serie del Caribe 2012.
Leones del Escogido, Indios de Mayagüez, Yaquis de Obregón y Tigres de Aragua estarán combatiendo por conquistar el título de reyes del Caribe, en lo que se conoce como la Serie Mundial de la pelota invernal.
Manny Acta, manager de los Indios de Cleveland, y quien durante por años fue técnico con los quisqueyanos, reconoce la importancia de este torneo de una semana, pese a que en la actualidad ha perdido algo de su brillo de antaño por cada vez más marcada ausencia de figuras de las mayores en las justas.
«Esto va a ser un manicomio.
Aquí siempre se vive un gran ambiente, porque la competencia es buena», dijo el estratega a MLB.com. «Guardando las distancias, lo que aquí se vivirá será tan intenso como cuando se juega el Clásico Mundial de Beisbol. Hay mucho orgullo de por medio para cada país».
Y es que las rivalidades regionales serán lo que mayor sazón le dan a las batallas. El primer partido de los locales, Leones, será contra boricuas, Indios, en el que será el primer round de la pelea entre dominicanos y puertorriqueños; mientras que los Yaquis, que saldrán en pos de revalidar el título obtenido el año pasado, también tienen el incentivo de vencer para que México iguale a Venezuela en la cantidad de triunfos en este tipo de justas (7). Tigres, por su parte, tratará de volver a rugir en estas batallas, luego de dos años de ausencias.
En su última participación los bengalíes quedaron campeones y con un plantel más o menos similar, pero con mayor profundidad tratarán de salir airosos nuevamente.