El beisbol ha evolucionado conforme lo ha hecho la propia sociedad, y hace exactamente 65 años, los diamantes de las Grandes Ligas fueron una de las mejores vitrinas para que el cáncer del racismo diera el paso más determinante hacia su desaparición.
El 15 de abril de 1947, el Ebbets Field, casa de los Dodgers de Brooklyn, presentó por primera vez el número 42 de Jackie Robinson. Esta fue la primera ocasión en la historia de la pelota norteamericana en que un jugador de color irrumpía en un terreno reservado hasta entonces para los blancos.
Ese día, ante 26 mil 623 aficionados, importó poco que fallara en tres turnos o que anotara la carrera de la diferencia para su equipo. Su sola presencia marcó un antes y un después para la población afroamericana en Estados Unidos y revolucionó el mundo de las mayores como se conocía para la época.
“Jackie Robinson revolucionó el beisbol. Su llegada produjo un cambio total, porque le dio la oportunidad a los jugadores de las ligas negras, que eran muy buenos, a llegar a las Grandes Ligas”, comentó Remigio Hermoso, quien veinte años después se benefició por este hecho, al convertirse en el venezolano 13 en la gran carpa. “Fue complicado para él llegar a donde llegó. Existió mucha discriminación”.
Pero, a favor de la causa que encabezaba Robinson, ayudaron las grandes condiciones que tenía el nativo de Georgia para el deporte del bate y las pelotas. Alabado por sus condiciones para el atletismo, baloncesto y fútbol americano, éste logró alzarse con el premio al Novato del Año en ese mismo 1947. Dos zafras más tarde ganó el Jugador Más Valioso y en 1955 llevó a su equipo al título en la Serie Mundial.
Sin embargo, la tarde en que llegó al gran circo (26 años) y sus problemas de diabetes, hicieron que después de diez campañas decidiera retirarse. Luego de esto, emprendió una campaña en pro de la igualdad dentro de la sociedad norteamericana, hasta que el 24 de octubre de 1972, con sólo 53 años, falleciera en Connecticut.
En 1997, conmemorando medio siglo de su aparición, MLB decidió retirar definitivamente el 42 de todos los equipos. Cada año, en esta fecha, todos los jugadores llevan el número que Robinson utilizó como bandera en una dura cruzada que cambió para siempre el beisbol.
Por Leonardo Mendoza