50 años marchando con los deportes

Tomas-Manny

SANTO DOMINGO (Licey.com).-El espectro radial dominicano ha tenido el brillo que irradia Tomás Troncoso con sus “Deportes en Marcha” durante los últimos cincuenta años, que ha visto pasar varias generaciones de compatriotas a quienes les ha informado las noticias de ámbito deportivo.

El origen del programa se remonta a una época en la que estaba desempleado; había sido despedido de la Dirección General de Deportes donde se desempeñaba como subdirector, y gracias a la empresa E. León Jiménes y Don José León que patrocinaron el espacio. Previamente había ingresado al staff de transmisión de los juegos de Grandes Ligas junto a Ellis Pérez, Billy Berroa y Max Álvarez. Las mismas se originaban en el antiguo hotel Jaragua.

Troncoso Cuesta había regresado al país dos años antes, tras un exilio de cuatro años en territorio de los Estados Unidos (Nueva York, Miami y Puerto Rico), escapando a la persecución de la tiranía de Rafael Trujillo.

Estimulado por Monchín Pichardo, vinculado a los Tigres del Licey, mantuvo el espacio que en muchas ocasiones pasó momentos difíciles porque hubo un tiempo en que la publicidad se reducía y debía buscar patrocinios extras. Paralelamente con la producción del programa, en sus orígenes, Tomás regenteaba un equipo de softbol al que pertenecían figuras como Rolando Miranda, Juan Podestá y otros.

Y es que “Los Deportes en Marcha” tenían una característica especial, entusiasmo, calor humano y la afición que le brindaba su fidelidad desde aquella pequeña emisora, Radio Universal, de Ellis Pérez, que tuvo desde el principio una contagiante música de identificación cuyo estribillo rezaba en su estribillo “Radio Universal, 650 kilociclos, 5 mil vatios de simpatía”.

La sintonía estaba cautiva, a diario, para ponerse al día en materia deportiva, con su encanto en la palabra, sin dejar la objetividad de las cifras, le imprimía entusiasmo a sus comentarios sobre los juegos, los peloteros nativos y de Grandes Ligas, sus entrevistas.

Después se mudó con todos sus conocimientos y prodigiosa memoria a HIZ, en la histórica calle El Conde, donde permaneció con su escuchado espacio por más de 30 años.

En la temporada 1963-64 logró insertarse en el equipo de transmisión de las Águilas Cibaeñas como comentarista para unirse al narrador Papi Pimentel gracias a las gestiones de Don José León, por lo que debía quedarse en el Hotel Matún por varios días y desde allí grababa el programa que enviaba a Santo Domingo por la línea de autobuses Duarte.

Un año después fue contratado para laborar en las transmisiones de los Tigres del Licey y los Leones del Escogido, que para ese entonces tenían una sola cadena para ambos conjuntos hasta que se separaron, y en 1970 comienza a laborar de manera exclusiva para el Licey y aún se mantiene con el conjunto azul.

En 1967 pasó a formar parte de la Gran Cadena de la Calidad que transmitía partidos de las Grandes Ligas, de las manos de Chino Almonte.

Además, ha trabajado en muchos programas y transmisiones deportivas de grandes eventos. Entre estos Grandes Ligas en Acción, que producía junto a Fernandito González Tirado y Roosevelt Comarazamy; Deportes por Rahintel, que originaba con Felipe Rojas Alou, también ha conducido espacios con Guelo Tueni y laborado en Series del Caribe, asistido a Juegos Centroamericanos y del Caribe, Juegos Olímpicos y transmisiones directas desde diferentes parques del béisbol Las Mayores.

Trabajó además con Vin Scully, un octagenario comentarista deportivo de los Dodgers de Los Angeles, que aún trabaja en la cadena de ese conjunto de Grandes Ligas. Ha tenido el honor de entrevistar relevantes figuras del béisbol, entre ellas Mickey Mantle, Sandy Koufax, Buck Cannel, Willie Mays y muchos otros. En la actualidad también produce el programa Hablando de Béisbol junto a su hijo Tommy Troncoso, de 10 a 11 de la mañana, todos los sábados por ESPNradio Dominicana en los 1045 FM.

Pero una de las producciones que con más emoción recuerda es el desaparecido programa El Mundo Deportivo Marlboro, que producía transmisiones de eventos especiales, como eran partidos de Grandes Ligas, torneos de tenis, carreras de autos, atletismo y otros.

Tomás Troncoso se siente reconocido por su trayectoria en la radio y la televisión, pues ha recibido premios del Senado de la República, del Ayuntamiento del Distrito Nacional, dos veces el Cronista del Año de la Asociación de Cronistas Deportivos, varias estatuillas del Micrófono de Oro del Círculo de Locutores Dominicanos y una gran cantidad de placas de diferentes clubes que llenan en su vida una parte importante de estos 50 años de comunicación en materia de deportes.

Una muestra de la simpatía de Troncoso Cuesta fue la ocurrida el domingo cuatro de diciembre del 2011, cuando el numeroso público se hizo partícipe con aplausos, toques de cornetas y bam-bam para expresar su propio reconocimiento al gigante de la crónica deportiva, en el Estadio Quisqueya.

Allí, el «ícono del periodismo dominicano», como lo definió en la semblanza su compañero en la Cadena Azul, Bienvenido Rojas, no solo experimentó el aprecio de la enseña bengalí y su legión de seguidores a los que ha brindado más de 30 años de servicios.

Tomás heredó la pasión por el béisbol de su padre, el profesor Manolín Troncoso y su madre Estela Cuesta, pero también ha sido ferviente enamoradol y tratadista del voleibol, baloncesto y numerosos deportes. Compartió programas de radio y televisión con Roosevelt Comarazamy, Fernandito González Tirado, Felipe Rojas Alou y otros.

Por Alexander Gómez

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