El Campeonato del 1937

En 1937, Rafael Leónidas Trujillo quien buscaba la reelección presidencial, ideó un «equipo especial» para el campeonato a celebrarse ese año. Propuso reclutar los mejores beisbolistas de los dos equipos de Santo Domingo para fusionarlo en uno, en representación de la ciudad.

Fue tan buena la clase de refuerzos que vinieron de Norteamérica, que provocó que las Grandes Ligas de Color no pudieran terminar su acostumbrado torneo anual, ya tradicional en aquel país. Con las grandes contrataciones que se hicieron al mercado gringo, no le quedó más remedio que claudicar.

Trujillo envió a José Enrique Aybar con una misiva a las Ligas Negras para contratar al lanzador Satchel Paige, quien además lo ayudaría a organizar el equipo. De un presupuesto total de 30,000 dólares, a Paige se le pagó 6,000, y el resto para los demás beisbolistas, todos provenientes del equipo Pittsburgh Crawford.

El equipo fue denominado Dragones de Ciudad Trujillo en honor al dictador, además contó con una inversión sobre los 50,000 dólares.

El equipo ganó el campeonato con un récord de 18-13, seguido de las Águilas Cibaeñas 13-15, mientras que las Estrellas Orientales quedaron en último lugar con 11-14. Josh Gibson tuvo un promedio de bateo de .453 (con 21 carreras impulsadas). Silvio García bateó 38 hits en 128 turnos al bate, incluyendo 14 dobles. Martín Dihigo y Santos Amaro de las Águilas Cibaeñas, cada uno conectó cuatro jonrones

El equipo estaba dirigido por Lázaro Salazar y consiguió el título nacional, al derrotar al recién creado equipo Águilas Cibaeñas.

Los Dragones coronaron campeones después de un calendario de juegos que comenzó el 28 de marzo de 1937 y terminó el 11 de julio del mismo año. El campeonato de aquel año no envolvió ni a Tigres ni a Leones.

Por primera vez en la historia nuestro béisbol profesional, fanáticos ROJOS Y AZULES se unieron en un solo bloque, y los dirigentes de ambos bandos concentraron su paciencia en la dirección de los Dragones de “Ciudad Trujillo”!. Aquí se pagaron sueldos tan lujosos, que llamó la atención en el extranjero y la mayoría de los buenos jugadores ansiaban venir a Quisqueya.

Ciudad Trujillo fue declarada la plaza ideal para jugar béisbol, e irse con los bolsillos llenos. La pelota de 1937 fue tan fuerte que dejó a los magnates y empresarios sin dinero y hubo un período de 14 años sin que el país presenciara béisbol rentado. Solamente se jugó a nivel amateur, donde nunca figuraron los nombres de Licey y Escogido.

En toda esa pléyade de peloteros había una amalgama de estrellas, cada una en su posición era un señor jugador con categoría de Grandes Ligas.

Los árbitros que actuaron durante el campeonato, fueron: el cubano Eustaquio Gutiérrez, y los dominicanos, David Molineaux, Félix Gallardo, Luis Arias, Libio Guerra, Salvador Alba, Alfonso Paniagua, Domingo Domínguez y Eugenio Lefranc. Tanto Paniagua como Lefranc eran oriundos de Puerto Rico.

En cuanto a los lanzadores, el líder fue el norteamericano Satchel Paige, considerado el mejor de su tiempo, con ocho victorias y dos derrotas, y en cuanto a la ofensiva, Joshua Gibson quedó en primer lugar con average de 453, producto de 24 hits en 53 turnos.

El torneo se denominó “Reelección Presidente Trujillo” y se mantiene como el de mayor categoría de todos los celebrados. Había tres jugadores que pertenecen al Salón de la Fama de Cooperstown. Ellos son, Leroy Satchel Paige, Joshua Gibson y Cool Papa Bell. Los dos jugaron con los Dragones.

 

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