Ramón Ortiz, JMV Serie del Caribe 2008, homenajeado por el Licey

Por DiMaggio Abreu Peralta
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SANTO DOMINGO  (Licey.com).- Esta temporada 2019-2020, el Club Atlético Licey ha sabido rendir homenaje a varios de sus grandes figuras. El último de ellos fue al retirado lanzador Ramón Ortiz, el pasado lunes 6 enero, cuando compañeros de su época y actuales miembros de los Tigres les prodigaron los afectos que se ganó con su amabilidad y entrega.
“El Barbero de Cotuí” alcanzó ribetes de leyenda en la Serie del Caribe de 2008, cuando le ganó dos juegos a las Águilas Cibaeñas, el segundo con solo tres días de descanso, para coronar a los felinos por décima vez, al tiempo que arruinó los anhelos del aguiluchismo de coronarse en su propio Estadio Cibao, para el que se confeccionó un trofeo con el Monumento de Santiago como símbolo, para bien resguardarlos en sus vitrinas, pero que fue a parar al reino azul, en la Capital y el premio para el cotuisano como JMV.
Cinco años antes (2003), en el sexto partido de la final entra ambos rivales, Ortiz tuvo la osadía de tomar la bola sin permiso de su organización de Grandes Ligas y encaminó al Licey al triunfo que empató la serie a tres victorias. Esa victoria fue la que provocó un séptimo juego, que pasaría a la historia como el “El Tulilazo”, por el jonrón decisivo de tres carreras por el cubano Andy “Tulile” Abab.
Aparte de realizar el lanzamiento de honor, el ex lanzador de Grandes Ligas recibió un cuadro con fotos de sus grandes momentos que entregó el presidente del Licey, Domingo E. Pichardo, juntoal secretario Rafael Úbeda. Tuvo la compañía de sus ex compañeros Ronnie Belliard, D’Angelo Jiménez, Timo Pérez, los hermanos lanzadores Carlos y Vladimir Pérez.
“Ramón Ortiz fue un hombre que siempre tomó la pelota cuando el Licey lo necesitó”, proclamó el entonces gerente general Fernando José Ravelo, en un vídeo mostrado en la pantalla gigante del estadio Quisqueya Juan Marichal, como parte del homenaje, al que asistió acompañado de su familia.
Ravelo señaló que lo más importante que tenía Ramón era su seriedad. “Cuando te decía que iba a lanzar, venía y lanzaba; cuando te decía ese año que no podía hacerlo, te lo decía; o sea, que no estaba jugando contigo”, sostuvo.
Recordó que varias veces, en situaciones complicadas del Licey, se le pidió que tomara la pelota y así lo hizo. “Tuvo grandes victorias para los Tigres, era serio, un hombre cariñoso, amable, a quien le agradezco mucho en mis años de gerente por la forma en que se entregó”, reafirmó Fernand.
Acotó que “El Barbero” tenía algo en particular, que asustaba a manager y coaches del conjunto azul, a los que anunciaba que lanzaría al otro día. “Pero es que no le hemos visto lanzar”, le decían a Ravelo.
“Óyeme. Él se llevó sus dos docenas de pelotas, si él te dice que está listo para lanzar, cuenta con él, que está listo para lanzar”, era la respuesta que al dirigente de turno daba al gerente Ravelo, quien afirma, que la mayoría de veces que hizo eso, aunque no había practicado, tuvo éxito.
Esta campaña que recién entró en el año 2020, el Licey ha hecho homenajes a varias de sus leyendas, como Cesarín Gerónimo, Ronnie Belliard, José Offerman y los hermanos Pérez (Carlos, Mélido y Vladimir). “El Barbero de Cotuí”, el Jugador Más Valioso de la Serie del Caribe de 2008, Ramón Ortiz, fue el más reciente. ¡Lo recibió con la sonrisa que lo caracteriza, acompañado de su familia!

 

 

 

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